APLAUDIDO. Obama hizo pública su decisión rodeado de prestigiosos científicos. / AFP
Sociedad

Obama levanta el veto a las células madre embrionarias

«El potencial es enorme y los peligros se pueden evitar con una supervisión adecuada», señala Un memorándum protegerá en el futuro las decisiones científicas de la influencia política

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Estados Unidos dio ayer un gran paso para liberar a la ciencia de los corsés morales más conservadores. Barack Obama firmó una orden ejecutiva que levanta las restricciones para financiar la investigación con células madre embrionarias con fondos federales. Al mismo tiempo, hizo público un memorándum dirigido a aislar ciertas decisiones científicas de la influencia política de Washington. «Cuando el Gobierno no hace este tipo de inversiones, se pierden oportunidades, se dejan de explorar caminos prometedores. Algunos de nuestros mejores científicos se van a otros países porque allí patrocinan su trabajo», manifestó el mandatario en una ceremonia en la Casa Blanca.

Pese al cambio radical respecto a la línea marcada por la Administración Bush, el presidente subrayó que la medida «no abre la puerta» a la clonación humana, que consideró «peligrosa, profundamente errónea y no tiene cabida en nuestra sociedad, ni en cualquier sociedad». Sin embargo, aseguró que la investigación con células madre tiene un enorme potencial para comprender y buscar nuevos tratamientos para muchas enfermedades. Estados Unidos, argumentó el presidente, debe ser un país líder en la exploración de esta nueva frontera de la ciencia.

Obama no dejó pasar la oportunidad para cuestionar la hostilidad de su antecesor hacia algunos de los proyectos punteros en biotecnología. «En lugar de afianzar los nuevos descubrimientos, el Gobierno del país se había dedicado a estimular lo que en mi opinión es una falsa elección entre ciencia y valores morales», afirmó el mandatario. «Creo que ambas no son incompatibles. El potencial es enorme y los peligros se pueden evitar si establecemos una supervisión adecuada».

La decisión del presidente Bush de restringir las ayudas para investigar con células madre embrionarias ha sido vista por sus críticos como marcada por un patrón muy extendido durante los ocho años de Gobierno republicano, cuando se permitió que la ideología influyera en la toma de decisiones en numerosos asuntos, desde el cambio climático a la prohibición de la venta sin receta de la píldora del día después para la interrupción del embarazo.

La otra pata en la que se apoya la iniciativa de Obama para impulsar la investigación científica es un memorándum que da nuevas directrices a la Oficina de Ciencia y Política Tecnológica para el desarrollo de una estrategia que restablezca la integridad de la toma de decisiones gubernamentales. El documento establece que la nueva Administración nombrará a un consejo de científicos considerando sus credenciales y experiencia, «no sus ideologías políticas», añadió el presidente.

En agosto de 2001, Bush firmó una orden ejecutiva que prohibía el uso de fondos federales para la investigación con células madre procedentes de embriones, con la excepción de cerca de una veintena de cepas ya existentes, y en dos ocasiones posteriores utilizó el veto presidencial para frenar proyectos de ley que intentaban acabar con la prohibición, apoyada por las principales organizaciones religiosas del país. Ahora, los científicos podrán solicitar financiación a la principal institución de investigación médica de EE UU, los Institutos Nacionales de Salud (NIH), para estudiar las cientos de cepas que se han creado en los últimos años. Hasta ahora, si querían estudiarlas debían recurrir a financiación estrictamente privada.

Gracias a su habilidad para convertirse en cualquier célula del cuerpo, muchos científicos creen que las células madre embrionarias pueden conducir a nuevas terapias para tratar enfermedades como la diabetes, el párkinson o diferentes tipos de parálisis. Pero la investigación es muy controvertida porque las células sólo se pueden obtener mediante la destrucción previa de embriones humanos, un procedimiento considerado inmoral por una parte de la sociedad. Se da por seguro que la reacción contraria de los sectores conservadores y religiosos va a constituir uno de los grandes focos de presión para el actual Gobierno. Estos grupos obvian las posibles ventajas sanitarias y se centran en que la destrucción de embriones no ha arrojado resultados esperanzadores. Así, El Vaticano recibió con preocupación la medida y su diario, L'Osservatore Romano, reiteró «la importancia de velar por la dignidad de la persona en todas las fases de su existencia».

Como muchos partidarios de la nueva medida esperaban, la orden ejecutiva no contiene ninguna restricción y deja los detalles al Instituto Nacional de Salud, que tiene 120 días para desarrollar las normas que se usarán para examinar las solicitudes de subvenciones federales. Las normas afrontarán una gran cantidad de asuntos espinosos, especialmente la manera de obtener el consentimiento de los donantes de embriones que se usarán en las investigaciones.