CÁDIZ

La crisis dispara la pobreza hasta agotar las reservas de ayudas en las parroquias

Cáritas da la voz de alarma, afirma que se trata de una crisis sin precedentes y pide donativos para poder mantener su labor «No damos abasto, se nos acaban los recursos y la única esperanza es que ayuden los que aún tienen empleo»

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Más allá de los titulares de los periódicos y los informativos de televisión hay una crisis, invisible en la prensa y los televisores, que se extiende por las calles de Cádiz en forma de pobreza. La sombra avanza a una velocidad que asusta a los más templados, a los que están acostumbrados a enfrentarse a las carencias.

La mezcla de paro, impagos y miedo se instala en las familias gaditanas con unos números que nunca se habían conocido hasta ahora. La situación es grave. Desesperada. Lo dice la gente que está acostumbrada a luchar con la escasez desde hace años. Lo advierten personas que atendían a los más desfavorecidos mientras España vivía la mayor etapa de crecimiento económico de su historia. Desde la pasada primavera, han detectado que esa legión de excluidos crece a un ritmo que dispara todas las alarmas. Esos voluntarios y religiosos, la infantería de la Iglesia Católica, lanzó ayer un grito para pedir auxilio en Cádiz. Su capacidad de ayudar y sus reservas para ayudar se agotan. Cáritas hizo pública ayer una situación estremecedora en la Diócesis que incluye la capital gaditana y toda la mitad sur de la provincia.

Palabras gruesas

Jesús Quiles y Pilar Pérez, secretario general y secretaria de Acción Social de Cáritas en Cádiz, fueron los encargados de encender ayer todas las luces de alerta. Aunque tienen la piel curtida y han visto mucho, utilizaron adjetivos impresionantes: «Es una emergencia»; «Estamos viendo casos espeluznantes»; «Estamos desbordados»; «No damos abasto»; «Nuestros recursos se agotan», fueron algunas de las frases usadas durante la presentación de una campaña que, en realidad, es un grito desesperado, en forma de folletos que se repartirán por las iglesias, anuncios que solicitarán colaboración en los medios de comunicación y una carta pastoral que ya prepara el obispo gaditano, Antonio Ceballos.

Números que asustan

El secretario general de Cáritas en Cádiz, Jesús Quiles, ubicó y detalló el incremento de la pobreza que vive Cádiz. «No es una crisis más, no es una de esas crisis cíclicas del sistema económico. Esta vez es otra cosa», declaraba para introducir la exposición. Los datos que maneja este colectivo religioso tienen como base una encuesta realizada el pasado 20 de diciembre en los 14 archiprestazgos en que se divide en la provincia de Cádiz.

De esa consulta ya se dedujo que las peticiones de ayuda para comprar comida, material educativo, medicinas o ropa y pagar alquileres o facturas había crecido un 46% en la provincia durante los tres últimos meses de 2008 (respecto al mismo trimestre del año anterior).

La situación aún ha ido a peor en el principio de año. Las solicitudes de auxilio se han elevado ya hasta el 55% entre enero y febrero (respecto a los primeros 40 días de 2008). Todo apunta a que la subida llegará al 60% en marzo. Nadie sabe cuando tocará techo la situación. Nadie se atreve a decir cuando se estabilizará la caída en desgracia económica de un creciente número de familias gaditanas. Estos datos han sido contrastados con el observatorio que Cáritas ha creado, cruzando los números que arrojan diez diócesis españolas, entre las que se encuentra la gaditana.

«No tenemos más»

Pilar Pérez, secretaria de Acción Social de Cáritas en Cádiz, añadió que a las peticiones de «ayuda básica» se están añadiendo «casos espeluznantes» como el de «familias de muchos miembros que se ven obligadas a vivir en una sola habitación porque no pueden pagar más» o el de viudas con pensiones paupérrimas «que se ven obligadas a responder como avalistas por las hipotecas que sus hijos no pueden pagar».

«No tenemos más con qué ayudarles, nuestros recursos se acaban», asegura Pilar Pérez. Las familias en situación crítica en la ciudad de Cádiz podrían ser ya más de 500 según los cálculos que maneja Cáritas. El último recuento oficial (Memoria de 2007) hablaba de 300 en total. Si se le suma el incremento anunciado ayer, del 55%, el resultado puede superar ese medio millar de familias.

La situación de alerta es similar en toda España, pero los responsables gaditanos admiten que la situación provincial «es más grave que en el territorio nacional, sobre todo a causa de los niveles de paro».

El porcentaje de peticiones de auxilio crece en Cádiz cinco puntos más que la media del resto del territorio nacional. Para hacer frente a esta situación excepcional, Cáritas ha puesto en marcha una campaña que tiene varios apartados. El primero, el más directo, es el de activar las conciencias con carteles y dípticos para pedir más donativos en iglesias, misas y actos públicos, pero también a particulares y empresas de todo tipo.

La segunda medida inusual ha sido recurrir al Fondo Interdiocesano, previsto para situaciones críticas, y que ya ha cedido 20.000 euros a las parroquias gaditanas. La tercera y última consistirá en anuncios en los medios de comunicación para pedir donaciones urgentes. Estos avisos contarán con el respaldo formal de una carta pastoral del obispo, en la que se detallará la situación de extrema necesidad por la que pasan miles de gaditanos.

La única esperanza es «que los que aún tienen empleo, los que no han notado los efectos de la crisis, ayuden a los demás», aseguró Pérez. Quiles, quizás afectado por la crudeza de su mensaje, ofreció una veta de esperanza: «En las etapas de crisis, las ayudas y las donaciones siempre suben. La gente reacciona mejor cuanto peor es la situación». Esa es la única garantía de alivio que persigue la campaña anunciada ayer con un sonido similar a las sirenas de las alarmas.