EL CARMEN. Un bebé, junto al altar de la Virgen. / FOTOS: A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

El primer encuentro

La archicofradía del Rosario y del Carmen celebraron ayer la festividad de la presentación del Niño Jesús en el templo, conocida como La Candelaria

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuentan los Evangelios que 40 días después de que naciese Jesús, y según dictaba la Ley de Moisés, la Virgen María y San José llevaron al Niño al templo para cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Para completar la visita al templo, los pa-dres debía sacrificar dos tórtolas o dos pichones.

Según la Ley de Moisés, todas las mujeres de que diesen a luz a un varón también debían presentarse en el templo «y purificarlo de la mancha legal y allí ofrecer a su primogénito a Yavhé».

Los cristianos han mantenido esta tradición, «la fiesta de las luces», coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de La Candelaria. Este día los niños bautizados son presentados ante la Virgen, de ahí su denominación popular.

En la capital, la archicofradía del Carmen y la del Rosario han querido mantener viva la tradición, y ayer celebraron el acto de presentación en la parroquia del Carmen y en la iglesia de Santo Domingo.

Decenas de padres tomaron a sus hijos en brazos y los acercaron hasta las imágenes de la Virgen con la advocación del Carmen y de la Patrona de la Cádiz para pedir protección para sus pequeños.

En la iglesia de la orden carmelita, todos los padres recibieron un diploma que acreditaba su presentación oficial ante de la Virgen, situada en su altar. Los bebés, algunos llorando y otros con una am-plia sonrisa, o incluso dormidos, esperaban la bendición del párroco, mientras que sonaban las voces del coro parroquial Porta Coeli.

La archicofradía del Carmen ha incluido la celebración de esta fiesta en los nuevos estatutos aprobados por los hermanos en enero.

En la iglesia de Santo Domingo, la orden de los dominicos abrió el camarín de la Virgen del Rosario para que los padres pudiesen pasar a sus hijos bajo el manto de la Patrona.

Los bebés, algunos asustados, permanecían durante algunos segundos en este espacio que dejaba el manto. Pero no sólo participaron en el acto los recién nacidos. Algunos pequeños también fueron presentados ante Nuestra Señora del Rosario por sus padres.

La festividad finalizó a las 20 horas con la bendición de las candelas, por parte del padre Pascual Saturio, en la explanada de la iglesia de Santo Domingo, para concluir con una eucaristía en el interior del templo.

mhuguet@lavozdigital.es