PROTESTA. Los alumnos del San Severiano cortaron el tráfico. / NURIA REINA
CÁDIZ

Los alumnos de San Severiano salen a la calle para reclamar un centro digno

Un centenar de jóvenes corta el tráfico durante más una hora y se desplaza desde su instituto hasta la sede de Educación para exigir su remodelación

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Lo habían anunciado. Y cumplieron su palabra. Un centenar de alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria San Severiano se manifestó ayer para reclamar a la Delegación provincial de Educación mejoras en el centro. A las 9.10 horas, los jóvenes se concentraron a las puertas del centro para iniciar sus protestas y poner de manifiesto lo que en otras ocasiones han denunciado: aulas heladas por la falta de calefacción; la ausencia de un pabellón donde puedan practicar deporte; tampoco está disponible un vestuario donde puedan cambiarse de ropa ni ducharse ni agua caliente con la que poder lavarse las manos.

Tras los primeros gritos reclamando un instituto digno, los alumnos del San Severiano se dirigieron al arcén para cortar el tráfico. Protegidos con una pancarta, los chicos ocuparon toda la vía, impidiendo el acceso de los vehículos que provenían en las dos direcciones. Incluso cuando algunos vehículos quisieron seguir su camino, los alumnos del centro se sentaron sobre el asfaltado gritando «no nos moverán».

Tras veinte minutos de caos, la Policía Local y la Policía Nacional se trasladaron hasta las puertas del centro educativo. Los agentes de seguridad pidieron la presencia de un portavoz ya que la manifestación carecía de autorización. Sin embargo, una de las alumnas, Alba María Chacón, aseguró que «hemos llamado en cuatro ocasiones en la Subdelegación del Gobierno para solicitar la autorización, pero no nos han atendido».

Los agentes de la Policía Nacional sugirieron a los jóvenes disolverse y trasladarse hasta la Delegación provincial de Educación para presentar sus quejas.

Marcha por la ciudad

Antes de que el reloj marcase las diez de la mañana, los alumnos del IES San Severiano emprendieron una marcha con destino a la Delegación del Gobierno. El centenar de jóvenes se dirigió a la plaza Mina cortando, primero, la Avenida. Tras pasar ante las puertas de la Subdelegación del Gobierno, bajaron la Cuesta de las Calesas para adentrarse en la calle Plocia y llegar hasta las puertas del Ayuntamiento.

A su paso por la Casa Consistorial, los alumnos gritaron de nuevo sus reivindicaciones y solicitaron la mejora del centro educativo. Una vez concentrados en la plaza de Mina, los afectados por las malas condiciones del instituto reclamaron la presencia del delegado provincial, Manuel Brenes, a los que le recordaron que «somos niños, no somos pingüinos», en referencia a las bajas temperaturas de menos de 10 grados que tienen que soportar en las aulas.

La portavoz de los alumnos, Alba María Chacón, accedió a la sede de la Delegación provincial de Educación para solicitar una reunión con el responsable. Una vez dentro, la secretaria de Manuel Brenes le confirmó que el delegado contestaría «en la primera quincena de febrero» a las preguntas sobre el instituto que la dirección del centro y los alumnos han enviado a la administración.

La manifestación se disolvió a las once de la mañana, aunque los representantes de los alumnos en el consejo escolar se trasladaron al IES La Caleta para plantearles la posibilidad de unirse en sus reivindicaciones.

Hoy, los alumnos recogerán firmas de apoyo a las puertas del IES San Severiano y en los alrededores del centro.

Apoyo del profesorado

Los profesores de los alumnos del IES San Severiano, aunque no participaron en la manifestación de los alumnos, sí secundaron la protesta de los jóvenes. El jefe de estudios del ciclo de la Formación Profesional, José Vicente Álvarez, aseguró que «prefiero que hagan este tipo de acto que no acudan a clase en señal de protesta».

Álvarez confirmó las denuncias de los alumnos: «El frío en las aulas es insoportable pero sólo se soluciona mejorando las infraestructuras, el centro ha invertido dinero, pero no es suficiente para mejorar las instalaciones de electricidad. La solución es el gas natural, pero el coste es de 120.000 euros».

Otras tres docentes, Maribel Bragado, Aurora Fernández y Victoria Orozco aseguraron que «la humedad se filtra por las paredes y se encharca el suelo. La semana pasada un alumno resbaló por el pasillo debido al agua acumulada. Tenemos la sensación de que quieren abandonar este centro para poder cerrarlo». Las profesoras, incluso, recuerdan que antes existían ocho grupos por nivel, «pero nos han ido dejando morir».

mhuguet@lavozdigital.es