EL DUQUE DEL GUANO

Los Villegas

Desde hace algunos años se le hace un homenaje a alguien y se entregan los antifaces de oro

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Tenía yo ganas de recibir un motivo por el que agradecerle algo al concejal de Fiestas. Son varios los años que hace que venía proponiendo que el Concurso debería tener una función de inauguración; una función que le diera categoría porque, aunque suene presuntuoso, considero que esto es lo más importante que ocurre en Cádiz. Y aunque el Concurso esté alimentado por muchos locos y aunque entre los participantes en él haya gente que sólo vive para esto, si se sabe diseccionar y aparcamos un poco el fanatismo, de aquí sacamos cosas buenas y coplas que merece la pena atesorar y pegar en ese álbum de oro que es la memoria.

Pues bien, desde hace algunos años, por lo menos el día de la inauguración, se le hace un homenaje a alguien (homenaje que sería interesante abrirlo a quienes lo merecieran, fueran o no autores o componentes de agrupaciones) y se entregan los antifaces de oro. Algo es algo; pero es imprescindible que no lo dejáramos en eso; sino que ese día fuera tomando entidad poco a poco hasta que se desgajara del Concurso y por sí solo fuera un espectáculo que nada tuviera que ver con la competición; es decir, que el primer día no concursara nadie y que se convirtiera en un acontecimiento al que asistieran quienes quisieran asistir previo pago de su localidad. Como en todo, es cuestión de ponerle cariñito y saberse rodear de gente voluntariosa que trabaje sin necesidad de impulsos políticos.

Esta edición ha sido dedicada a la familia Villegas (se supone que a los Villegas que son autores, que son varios) en reconocimiento a su aportación a la Fiesta. Me parece un acierto por cuanto han significado para la historia de nuestras coplas. Porque, aunque no lo parezca, todos fueron innovadores a su manera.

El primero, el Viejo; que, a estas alturas, qué vamos a decir de él que no se sepa. Ha tenido altibajos, como todos los autores; y, por tanto, no todo lo que ha hecho es de categoría suprema. Pero supo darle, en su tiempo, aire fresco a la comparsa y supo confundir a los jurados que dudaron varias veces entre Paco y él. ¿A qué autor de música y de letra no le gustaría firmar ese pequeño tesoro que es el pasodoble «Semos hombres del campo»? ¿O ese otro de Los braceros de pueblo que comienza diciendo «Se piensa de Andalucía»? Yo los firmaría ya. Tras él, todos sus hijos varones han hecho cosas: Kike, el más animoso, nunca tuvo un director que diera un buen acabado a sus comparsas, pero con la primera que hizo, Los mestizos, en el año 72, ya avisó de lo que podía ser capaz. Nandi creó un estilo de chirigota entre ingenua y surrealista que consiguió fundar una escuela. Paco sorprendió con España la Nueva y quizá sea uno de los mejores letristas de Cádiz. Los demás, Gueli, Juanci, Salvi y Toni, en mayor o menor medida han compuesto músicas y todos han sido premiados.

Repito, un acierto de la Organización que yo aplaudo.

Mañana será otro día