SESIÓN. El consejero de Presidencia, Francisco Granados; el vicepresidente regional, Ignacio González; y la presidenta Esperanza Aguirre. / R. C.
ESPAÑA

Mariano Rajoy exculpa a Esperanza Aguirre del espionaje en Madrid

El vicealcalde de Gallardón señala directamente a la Consejería de Interior en su denuncia ante la Fiscalía

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Esperanza Aguirre recibió ayer un importante espaldarazo del presidente de su partido en medio del escándalo por la supuesta red de espionaje que afecta a la Comunidad de Madrid. Mariano Rajoy exculpó a la presidenta y a su gobierno de los seguimientos al vicepresidente autonómico, Ignacio González, y al vicealcalde del Ayuntamiento de Madrid, Manuel Cobo, que desveló en los últimos días el diario 'El País'.

Cuando conoció las primeras informaciones sobre la elaboración de dosieres, que el periódico atribuyó a los asesores de seguridad del consejero de Interior, Francisco Granados, Rajoy llamó a Aguirre para solicitar información sobre tan llamativa noticia. «A mí lo que me ha dicho Esperanza Aguirre -explicó ayer el presidente del PP en Onda Cero- es que ni ella ni ninguno de sus colaboradores tienen conocimiento de este asunto, y yo les creo». A partir de ahí, la dirección popular demandó el esclarecimiento de los hechos y una investigación exhaustiva sobre las informaciones de los espionajes a González y Cobo.

Todos los dirigentes populares siguieron la consigna marcada por su jefe de filas, consideraron muy graves los hechos denunciados, pidieron que se investiguen y negaron la relación entre los dossiers y los asesores de seguridad del consejero de Interior madrileño. Hasta el vicealcalde y mano derecha de Alberto Ruiz-Gallardón evitó acusar públicamente a la Comunidad de Madrid.

El dossier que se atribuye a los ex agentes a sueldo de la Consejería de Interior madrileña recoge los movimientos de Cobeo en el mes de abril de 2008, cuando el PP se debatía en una crisis interna como consecuencia de la derrota electoral y en la que se enfrentaron partidarios y detractores de Mariano Rajoy. En aquella batalla librada en el seno del PP volvieron a enfrentarse en distintos bandos los seguidores de la presidenta de la comunidad y los del alcalde.

Aunque estas informaciones de espías fueron recibidas con perplejidad en la cúpula del partido opositor, en la sede de Génova circula el rumor de que en los próximos días podrían conocerse nuevos informes referidos a los movimientos de otros dirigentes de la dirección nacional.

Mientras el respaldo de Rajoy a Aguirre mantiene con sordina el debate político interno, los afectados optaron por llevar a los tribunales el escándalo. Si la Comunidad de Madrid denunció en el juzgado las informaciones, el vicepresidente González y el vicealcalde Cobo plantearon sus casos ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia.

En los tribunales

En su carta al fiscal, el concejal, que es la mano derecha de Ruiz-Gallardón, se muestra mucho menos condescendiente con Granados que en sus declaraciones políticas y señala directamente a la Consejería de Interior. «De la información publicada se desprende tanto una intromisión ilegítima en la intimidad y propia imagen del vicealcalde de Madrid -dice el escrito de los servicios jurídicos del Ayuntamiento-, al montar un dispositivo de seguimiento con el fin de descubrir contactos y encuentros privados que pudieran dar información utilizable por la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid, como el encargo directo a asesores contratados por la misma, pagados, por tanto, con fondos públicos, para la ejecución personal de tan irregular cometido, con intenciones que no se alcanzan a comprender al exceder el ámbito competencial de tal Administración Pública».

Mientras en el Ayuntamiento se apunta a la Comunidad de Madrid, en el equipo de Aguirre atribuyen la bronca a la lucha de poder en Caja Madrid. González asegura que tiene que haber alguien muy poderoso, con mucho dinero, gran influencia y potente infraestructura detrás de su espionaje. Y Granados denuncia «una operación de acoso y derribo contra el gobierno de Esperanza Aguirre».