DIVERSIÓN. Un pequeño prueba una bicicleta el pasado día de Reyes. / LA VOZ
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Atracón de regalos

Los especialistas apuntan que el exceso de juguetes en Navidad y Reyes hace que los niños se aburran y pierdan el interés La mejor opción es que se entreguen repartidos en el tiempo

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Han pasado ya cuatro días desde que los Reyes Magos llenaran la casa de juguetes y a muchos niños aún no les ha dado tiempo de disfrutarlos todos. Cada temporada los padres advierten que en la carta sólo se pueden pedir dos o tres cosas, pero Sus Majestades van dejando paquetes en casa de los abuelos, tíos y vecinos, con lo que cuando llega el día 6 los regalos se multiplican y en ocasiones hasta se repiten.

Esta tendencia influye de forma negativa en los pequeños, que terminan por aburrirse rápido y pierden el interés. Lo ideal es diversificarlos en el tiempo para que puedan disfrutar de cada uno por separado, puesto que al final sólo tendrán unos pocos favoritos. La psicóloga infantil Yolanda Martínez, que pasa consulta en el centro Cedypsire de San Fernando, aconseja que en Reyes o en Navidad no se den más de cuatro juguetes a los niños.

También hizo hincapié en la necesidad de que sean diversos para que desarrollen todas las capacidades. «No debemos olvidar que el juguete es una pieza fundamental en la educación y el crecimiento de los escolares». La especialista recomienda regalar artículos que fomenten la actividad física, la capacidad audiovisual y, por supuesto, la de socialización, ésta última a través de juegos de mesa o videojuegos que necesiten la participación de más de una persona.

Videojuegos

En los últimos años el interés de los padres por el uso que sus hijos hacen de las videoconsolas ha ido en aumento. En este punto, Martínez deja claro que «este producto no es más adictivo que otros, todo depende del tiempo de exposición y de los contenidos». Lo ideal es que no se pasen más de una hora frente a la pantalla, señaló la psicóloga. Pero pocos padres siguen este consejo y menos aún saben manejar el juego preferido de sus hijos. «Este aspecto es fundamental, porque sólo conociéndolo pueden determinar si es o no bueno para los pequeños».

En lo que respecta a las videoconsolas, las posturas son radicales. «Hay padres que no meten en casa este tipo de aparatos y otros que se muestran muy permisivos» y ya se sabe que los extremos nunca son buenos. De una manera o de otra, hay que tener en cuenta que con un uso responsable cualquier juguete puede ser educativo y aconsejable para el desarrollo.

A pesar de estas precauciones, Martínez reconoce que cumplir los deseos de los pequeños de la casa satisface a los mayores, que disfrutan tanto o más que los propios niños, pero «eso no significa que porque le guste un determinado juguete haya que comprarle la colección entera entre padres y demás familiares». Ante esto, sería conveniente que los propios progenitores elaboraran una lista que compartieran con abuelos y tíos para no saturar a los pequeños con decenas de artículos y que puedan serles útiles.

Lo que le gusta a papá

Tampoco se debe olvidar que hay que estar atentos a lo que los escolares quieren, puesto que los adultos suelen aprovechar Reyes, Navidad o los cumpleaños para satisfacer aquel deseo frustrado de un regalo que nunca recibieron de pequeños. «Porque al padre le guste un Scalextric no quiere decir que su hijo también quiera eso mismo», subraya.

Esto sigue siendo un tópico difícil de erradicar, pero lo más importante es «no caer en el exceso de consumismo en la Navidad», una cuestión para lo que la psicóloga aconseja no utilizar como excusa el 25 de diciembre y el 6 de enero para que lleguen los regalos. «En cada hogar se debería de elegir una de las dos fechas y no confundir a los niños», termina.