Cartas

Huella misteriosa

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Por mucho que he reflexionado sobre los orificios cilíndricos, que cual huella misteriosa tienen las rocas que forman los arrecifes de La Caleta y se observan sobre el bello sendero que conduce hacia el castillo de San Sebastián, no he podido sacar una conclusión ni aproximada, que me parezca acertada, ni razonable.

La erosión del mar no creo que pueda labrar esos agujeros; algunos ciegos por la acumulación de arenas y sedimentos, y otros, atraviesan el espesor de grandes bloques de la roca ostionera. Labrados por la mano del hombre, pudiera ser; pero la observación detenida parece alejar esa hipótesis, ya que se aprecia una huella que hace pensar en el resultado de una actividad erosiva de un remolino originado por líquidos con una sustancia abrasiva. Pudiera tratarse de un proceso para la extracción por fractura de grandes bloques y posteriormente reducir a cantos o sillares para la construcción de edificios, materiales utilizados por nuestros arquitectos, bástulos y turdetanos y seguidos por fenicios y romanos.

Pensar en que estos orificios fueran chimeneas producidas por la piedra fundida o en estado pastoso para escape de los gases a alta presión, no es hipótesis aceptable, por la naturaleza geológica de la roca, el resultado de la aglutinación de un líquido viscoso, segregado por un molusco marino, que vive y desarrolla en esa piedra, que aumenta de tamaño con los restos de conchas de almejas, ostiones y granos de arena que se adhieren. Puede que se trate de calcarenita o piedra tosca del mar. Sigue siendo para mi un misterio la formación de esos agujeros, que bien podría ser objeto de un estudio por un geólogo.

Jaime Álvarez Cabrera. Cádiz.