FIN DE AÑO. El 31 de diciembre, los brasileños acuden masivamente a las playas. / L. V.
Sociedad

Los brasileños recibirán 2009 en la playa y a 35 grados

Australia y Brasil son dos de los países que dan la bienvenida al nuevo año en pleno verano

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Mientras en España no se concibe el Año Nuevo sin el frío característico de esta época, en países como Australia y Brasil Papá Noel y los Reyes Magos van provistos de abanicos y bañadores debido a las altas temperaturas. En pleno verano y a más de 35 grados los australianos y los brasileños comparten algunas de las tradiciones que, a nuestros ojos, pueden resultar más peculiares. Por ejemplo: acuden cada año a conciertos de villancicos al aire libre, celebrados en la mismísima playa. Asimismo, en el país de la capoeira es tradición que el 31 se reúnan miles de ciudadanos ligeros de ropa en las playas, donde se encienden velas y se lanzan al mar pequeños barcos cargados de flores y regalos para que se los lleve la marea, una vez que se pone el sol. Esta marcha se considera augurio de prosperidad. Los plumíferos y las chaquetas de pana no tienen por qué estar estrechamente relacionadas con el Año Nuevo. Las mudas rojas, prácticamente inevitables en nuestra sociedad, tampoco.

En Puerto Rico es costumbre salir de casa vistiendo ropa recién estrenada y en Argentina la buena suerte llega si se lleva lencería color rosa. En Sudáfrica esta fiesta se celebra con aires de carnaval y la gente se disfraza y baila al ritmo de los tambores. Tampoco prescinden de vestir una indumentaria especial los cairotas. Para estrenar el primer día del año, cientos de miles de trajes con un toque especial inundan las calles. Incluso las mujeres, que suelen ir de negro, llevan colores vistosos. En Nochevieja hay que cuidar hasta el más mínimo detalle. El calzado es un elemento esencial en la última noche del año para los estadounidenses.

Con el propósito de garantizar que el Año Nuevo traerá dinero, los ciudadanos del país norteamericano meten en el zapato derecho un billete de un dólar. En otros lugares hay quien lanza un zapato al aire y observa cómo cae. Si se queda al lado derecho, es que empezará bien.