'MANO A MANO'. La cantante malagueña en un instante de su actuación en la cárcel de Aranjuez. / EFE
Sociedad

Pasión Vega y José Manuel Zapata llevan el tango a la cárcel de Aranjuez

Más de doscientos reclusos y una decena de internas disfrutaron del espectáculo 'Mano a mano', en el que los artistas homenajearon el sentir argentino

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A más de un preso, y a algún que otro funcionario, se le ha escapado «un lagrimón» al escuchar los tangos que Pasión Vega y José Manuel Zapata han cantado en el centro penitenciario de Aranjuez, en un recital que ha llevado a la cárcel madrileña toda la nostalgia y la emoción del género argentino.

Se trataba del espectáculo Mano a mano un homenaje al tango argentino que la cantante Pasión Vega y el tenor José Manuel Zapata presentaron el pasado mes de octubre en el Teatro Real y que ayer llevaron al salón de actos de la cárcel madrileña para celebrar con los presos la Navidad.

Unos doscientos reclusos y una decena de internas han asistido al recital, junto al director general del Teatro Real, Miguel Muñiz, y la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, los responsables de las dos instituciones que esta temporada han firmado un convenio para acercar a las prisiones actividades culturales del coliseo madrileño. «Ha sido un concierto muy emocionante porque el público nos escuchaba con el corazón desde el primer momento», ha explicado, tras el concierto, el tenor José Manuel Zapata, mientras, a su lado, Pasión Vega ha destacado cómo los tangos «han removido muchos sentimientos» de los reclusos porque «desde sus propias vidas han conectado» con unas canciones nacidas en los barrios marginales argentinos con las que «se han podido sentir identificados».

Y por eso algunos presos escuchaban los tangos con los ojos cerrados, otros los susurraban, algunos han derramado lágrimas y todos, sin excepción, han aplaudido a rabiar. Especialmente cuando los tangos evocaban en sus letras recuerdos de viejos barrios, decían «que el mundo fue y será una porquería» en el que «a nadie importa si naciste honrao», afirmaban que «un hombre macho no debe llorar», recordaban «un beso prolongao» de un viejo amor o se imaginaban como sería «el día que me quieras».

«A mí me ha dejado un sentimiento de paz, me ha encantado», decía un preso al final del concierto, mientras otro de sus compañeros destacaba que para ellos ha sido «un día muy especial» porque actividades de este tipo «te dan la sensación de no estar aquí, te evades, es lo más cerca de parecer que no estás aquí, en la cárcel, aunque sea por un rato». «Yo estoy muy emocionada, porque esta música me trae muchos recuerdos, a mi papá le gusta mucho», decía entre lágrimas una presa venezolana de origen argentino agarrada de otra española encantada de «salir de la rutina» con una música «tan bonita».

Acompañados por cinco músicos (guitarra, piano, contrabajo, violín y bandoneón) José Manuel Zapata y Pasión Vega han repasado algunos de los más célebres tangos de los arrabales porteños de la mano de composiciones de Carlos Gardel, Astor Piazzolla, Alfredo Le Pera, Enrique Santos Discepolo o Eladia Bázquez. Todos ellos, vestidos de rojo y negro, han recibido un regalo, una artesanía realizada en los talleres del centro penitenciario por unos presos a los que han deseado «lo mejor para el próximo año». «Sed buenos», les decía para despedirse desde el escenario Pasión Vega, mientras desde el público alguien le contestaba «los malos están fuera».

Tras el concierto de homenaje a José Antonio Abreu, que se celebró en la cárcel de Soto del Real y este recital, el Teatro Real continuará con su programa de actividades en los centros penitenciarios con un concierto de cámara la próxima primavera, mientras sigue adelante un taller en el que los internos se han marcado el reto de crear una ópera.