Tensión al límite

El llamamiento a la tercera Intifada con el que Hizbulá ha pedido responder a los bombardeos de Israel confirma que las llamaradas del conflicto han prendido ya en el mundo musulmán más beligerante con el Estado hebreo. En ese contexto cabe incluir la propuesta de Irán y de Senegal para promover una reunión extraordinaria de la Organización de la Conferencia Islámica para articular una reacción conjunta ante la ofensiva israelí. Compete a los gobiernos árabes más proclives a la pacificación de la región contrarrestar desde la racionalidad al fundamentalismo extremista que encuentra en la devastadora represalia del Gobierno judío la excusa perfecta para rearmar su incendiario discurso. Pero también continúa siendo exigible una actuación de la comunidad internacional menos recurrente y más comprometida con el grave giro que ha sufrido la situación en Oriente Medio, al tiempo que la Administración Bush debería renunciar a seguir escenificando su respaldo incondicional a Israel dado que la política exterior quedarán en apenas tres semanas en manos de Obama.