Un Airbus A380 sobrevuela la ciudad china de Hong Kong. /EFE
Economia

China recorta sus alas

Pekín pide a sus aerolíneas que no compren aviones extranjeros, lo que perjudicará a Airbus y Boeing

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Airbus y Boeing se frotaban las manos. Auguraban durante las dos próximas décadas un espectacular aumento del tráfico aéreo en Asia, donde el consorcio europeo esperaba que operara el 62% de sus aparatos de gran capacidad, entre ellos el Airbus A-380. Pretendían vender, sólo en China, 3.110 nuevos aviones en ese plazo. Pero la crisis económica mundial ha echado por tierra las previsiones de los dos grandes productores aeronáuticos, y China les ha asestado un duro golpe al pedir a las aerolíneas nacionales que dejen de adquirir aeronaves a productores extranjeros, aunque todavía no está claro cómo afectará esta medida a los 440 pedidos (un 10% del total) que Airbus tiene previsto proporcionar a clientes de este país en los próximos dos años. De ellos, 160 son fruto del trato al que llegaron en noviembre de 2007 Nicolas Sarkozy y Hu Jintao, cuyas relaciones se han deteriorado tras la reunión del dirigente francés con el Dalai Lama.

La intención del Gobierno es abaratar costos, adecuar la oferta a una demanda que cae en picado y, aun así, lograr el año que viene un crecimiento del 10% en el sector aéreo. Además, la decisión también puede dar impulso a la incipiente industria aeronáutica china, cuyo primer aparato comercial a reacción (el ARJ-21) realizó con éxito hace un mes su primer vuelo de prueba. Los productores confían en sacar de la línea de montaje 50 aviones al año desde la base de la compañía en Shanghai, y ya cuentan con 208 pedidos de este 'jet' regional de 90 plazas, entre los que se encuentran 25 de la estadounidense GE Capital.

A pesar de que en un principio parecía que las aerolíneas chinas harían frente con éxito a la adversa coyuntura económica, poco a poco van sufriendo sus consecuencias. La primera compañía privada del país ha suspendido todos sus vuelos por falta de liquidez, un problema que las grandes aerolíneas estatales también están sufriendo (todas están en números rojos), y para las que el Gobierno ya ha anunciado inyecciones de liquidez que les permitan comprar en efectivo el combustible que necesitan, un requisito que los aeropuertos chinos han introducido para asegurarse los pagos. Además, ha pedido a las compañías aéreas locales que busquen la fusión con sus rivales o, por lo menos, la adquisición de otras para propiciar un necesario ajuste.