AL LARGUERO. El balono Joseph lanza una falta que estrelló en la cruceta de Casilla. / MIGUEL GÓMEZ
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El Cádiz se deja empatar por la Balona en el minuto 94

Gracia echa el equipo atrás jugando con uno más en el segundo tiempo

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Pues eso. Y la verdad es que ya lo habían avisado durante la semana los propios jugadores del Cádiz. Pero ayer en La Línea se colaron. Hasta el descanso duró la intensidad del líder, puesto que tras salir de los vestuarios para la reanudación, el equipo amarillo salió con el polvorón. Que si por un lado Caballero ya tenía ganas de coger las vacaciones para desconectar, que si David García firmaba un empate por tratarse del último partido del año, que si Fleurquin temía de este encuentro porque la gente tenía la cabeza más pendiente del descanso navideño que de los que pasaba en el césped. Pues era verdad. No eran tópicos. Para nada. Y lo demostraron a la perfección porque los dos puntos que ayer se fueron en el descuento -a estas alturas nadie piensa que serán vitales- se dejaron ir por desidia, relajación y empanada general. Porque a ver a quién se le puede explicar que el Cádiz -líder indiscutible de una categoría paupérrima- se dejara empatar por un rival -colista de esa misma división- que jugaba con uno menos desde el principio del segundo tiempo. Por fortuna, corren buenos tiempos en esta Cádiz. Si no. Menudo rapapolvo que le hubiera caído hoy.

Todo eso sobre las ganas y la intensidad, porque de fútbol nada de nada. Ayer en La Línea, el once de Javi Gracia pudo jugar su peor partido de la temporada. Y de ello, esta vez sí, no se salva ni el entrenador navarro.

Desde el inicio se vio que el césped no iba a colaborar para que se viera un fútbol vistoso. El Cádiz lo intentó por momentos pero desistió justo en el momento en el que se dio cuenta que con varios balonazos sin sentido se colaba en la puerta de David Pérez. En la otra trinchera, la Balona lo intentaba de la misma forma. Como antes el Marbella, el Poli o el Lucena. Sin Raúl López, el punto débil de la defensa es la banda izquierda que defiende como puede David García. Los rivales lo saben y buscan siempre hacer sangre. Como también saben de los inicios dubitativos de la pareja de centrales. Así llegó el primer gol... y el segundo. Era el minuto 10 de la primera parte cuando Juli Ferrer cogía la espalda a Dani Fragoso tras aprovecharse de un pase en profundidad para batir por bajo a Kiko Casilla.

De ida y vuelta

Como pasó en Bahía Sur y en el Cuvillo, también en La Línea otro derbi se volvía loco. Una locura de la que sacó beneficio el Cádiz. Uno y otro equipo se liaron la manta a la cabeza y el partido se convirtió en un ida y vuelta para regocijo del Cádiz, que le daba la vuelta al marcador gracias a dos goles de dos jugadores muy criticados en las últimas semanas y que ayer mandaban un recadito a sus críticos en forma de goles. Porque cuando el Cádiz se lía a mamporros con cualquier rival de este grupo tiene la total certeza de que saldrá ganador dada la precisa artillería con la que cuenta. Enrique en el 22' se aprovechaba de un balón colgado por Fleurquin, que cogía desprevenida a una defensa dormida, para librar la salida de David Pérez con una vaselina.

Tras el empate, el Cádiz seguía intercambiándose golpes con la Balona, que no contaba con la participación de Casilla, decisivo otra vez en sus intervenciones. En un nuevo ataque por la banda derecha cadista llegaba el segundo tanto amarillo. Esta vez era Ormazábal el que centró por la banda a la cabeza de Toedtli, que en su intentó por rematar prolongó el balón hacia el segundo palo para que Juanma, muy atento, controlara con su izquierda para definir con frialdad con la derecha. Hasta ahí lo bueno. Porque en los vestuarios, parece ser, se repartieron las cestas de Navidad, se felicitaron las Pascuas y se fueron de vacaciones porque no es normal la empanada con la que salió un Cádiz que se dejó la intensidad en la caseta.

Y eso que el árbitro le echó una manita para acabar el año con una nueva victoria al expulsar en el minuto cinco a Copi por simular una falta. Era normal que el Cádiz se frotara las manos pero lo hizo tanto que se acabó relajando ante un rival que se iba creciendo por minutos.

Para colmo, Javi Gracia dio la señal de retirada a su equipo al sacar a Bezares por Caballero. El Cádiz, incomprensiblemente, daba un paso hacia atrás y la Balona cargaba con todos sus efectivos. El asedio provocó más de una herida. Una falta al travesaño de Joseph, un remate de Miguélez que sacó bajo palos Cristian... Así hasta que en el 94', otro pase a la espalda de la defensa llevaba la justicia al marcador gracias a la ejecución por bajo de Manrique. Un empate que deja al Cádiz líder con ocho puntos de diferencia respecto al Poli Ejido. Pero lo peor, que diría el otro, es la carita que se le queda.