CEMENTERIO. Vehículos apilados en un desguace. / LA VOZ
Ciudadanos

«Buenos días, me han robado el retrovisor»

Los desguaces reciben medio centenar de llamadas diarias de particulares que buscan piezas de recambio

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«Hola, buenos días, me han robado el retrovisor y estoy buscando un recambio del modelo de mi coche». Cincuenta personas repiten cada día este discurso al otro lado del hilo telefónico de los desguaces de la provincia. La jefa de administración de la empresa jerezana Desguaces y Recuperaciones Puente del Duque, Consuelo Mora, asegura que la demanda de piezas de recambio en los cementerios de automóviles se ha disparado en los últimos meses. El incremento -tanto de particulares como por parte de talleres- comenzó poco después del verano, cuando la crisis ya era un hecho que nadie ponía en duda.

La salida de estas piezas supone el 40% del volumen de negocio de esta empresa. Lo más demandado son los faros y pilotos, que se suelen romper a consecuencia de pequeños golpes producidos en mitad del tráfico o al aparcar con poca cautela. Y no sólo se reciben llamadas. Mora asegura que cada día reciben la visita de entre una docena y una veintena de particulares que buscan recambios a buen precio para sus vehículos. «Las piezas que ofrecemos llegan a suponer un ahorro de hasta el 70% con respecto a la que ofrece de primera mano el proveedor oficial», explica Mora.

Equipamiento exterior

Sin embargo, la mayoría de los talleres son reacios a instalarlas. La Asociación Provincial de Talleres de Reparación de Automóviles (ATRA) recomienda a sus asociados -alrededor de 400, más de dos tercios de los talleres de todo el territorio gaditano- que no lo hagan. Algunas firmas, como el Autotaller Avenida de El Puerto, han colgado un cartel en sus instalaciones en el que declinan montar recambios de segunda mano «porque no se pueden dar garantías al respecto». No obstante, las que forman parte del motor son las piezas menos demandadas. «Buscan sobre todo el equipamiento exterior del vehículo, retrovisores, faros, neumáticos, puertas y similares», explica Mora.

En otros desguaces, como en Autorepuesto Recoauto, la impresión es bien distinta. No han experimentado ningún incremento de la venta ni del número de clientes, aunque no se siente afectados -con la inevitable coletilla del «por ahora»- por la crisis, aunque reconocen que han tenido varios meses malos que no les impedirán terminar el año conforme a las previsiones de negocio. En las instalaciones del desguace chiclanero de José García Vélez se queja el propietario de que «los despojos de los coches antes valían un dinerito y ahora no valen nada» y asegura que las fundiciones han bajado en un 500% lo que pagan por la chatarra. Sobre la venta de piezas, García explica que no ha sufrido variación.