La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. /Archivo
VIOLENCIA DOMÉSTICA

Gallizo reconoce «fallos humanos sin malicia» en el control del GPS del asesino de Pontevedra

La directora general de Instituciones Penitenciarias reconoce que el localizador de Maximino Couto funcionó, pero ningún funcionario oyó la señal

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El localizador GPS que Maximino Couto llevaba para controlar si se acercaba a casa de su ex mujer, de la que tenía una orden de alejamiento, sí que funcionó. Sonó la alarma en la Unidad Central de Vigilancia Electrónica pero ningún funcionario la oyó. La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha reconocido que hubo un "fallo humano no motivado por la malicia" y ha anunciado medidas para evitar que se repitan estos errores.

Durante una visita al hospital psiquiátrico penitenciario de Sevilla, Gallizo ha explicado que aún "no ha concluido el análisis de cómo se produjo el error" humano, que "deberá ser analizado en su justo término". "Lo que más tiene que preocuparnos es cómo reforzar nuestro sistema para evitar no ya el fallo humano sino para garantizar que aunque se produzcan fallos haya otros sistemas complementarios" de control, ha apuntado.

La responsable de Prisiones ha insistido en que el sistema de control funcionó porque "dio la alerta" en el momento en que el presunto asesino "manipuló su dispositivo". Según sus explicaciones, "al parecer los funcionarios que estaban en el servicio de seguimiento no se percataron de que se había producido una alerta, quizás porque la alerta de aproximación tiene una alarma mucho más potente que la alerta de manipulación".

Medios para evitar reincidencias

Pese a este fallo, Gallizo ha asegurado que "los sistemas de control funcionan y que a veces pueden producirse fallos humanos al no percatarse de que se está produciendo una situación que debe ser controlada", de manera que desde el departamento que dirige "se van a poner los medios al alcance para evitar que esto se pueda repetir". "Si hay que poner cuatro ojos para que vea más que dos se pondrán".

Instituciones Penitenciarias ya explicó ayer que a las 16:36 horas del sábado Maximino Couto se desprendió del emisor-receptor generando "una alarma que se recogió inmediatamente a través de una señal en la Unidad Central" aunque el aviso "no fue detectado". El dispositivo de vigilancia consta de dos elementos: una tobillera y un emisor-receptor. Cuando el mecanismo está completo "emite una potente señal si el interno entra en la zona de exclusión que tiene previamente fijada".

En el caso de Couto la zona establecida era de 2.000 metros alrededor de la vivienda de su ex pareja. El protocolo marca que tras la alarma, los funcionarios de Prisiones deben alertar inmediatamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, algo que no ocurrió debido a que la alarma no fue percibida.

Pese a esto, Instituciones Penitenciarias reiteró la labor de los funcionarios que "dedican todo su esfuerzo y van a seguir haciéndolo para evitar la reincidencia de quienes han cometido delitos y para proteger a las víctimas".