Dos españoles evacuados.
MUNDO

El triángulo de la muerte

«Llevo dos días en la puerta. Me llamaron para decirme que estaba bien, pero ahora ya empiezo a dudar». Benta espera a su hermano frente al hotel Oberoi, junto a una amiga y rodeada por cientos de periodistas y diplomáticos de todo el mundo. Esta diseñadora de Jaipur viajó a Bombay nada más conocer la noticia de que su familiar era uno de los afectados por los ataques. Llegan las siete de la mañana y espera que su nombre no sea uno de los que la megafonía anuncia como «herido que ha sido evacuado al hospital».

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El Oberoi se erige al final del malecón como una mole muda donde durante las últimas tres jornadas los terroristas se atrincheraron detrás de decenas de rehenes. Todos los taxistas de la ciudad lo conocen, pero estos días resulta complicado encontrar conductores dispuestos a llegar hasta el triángulo de la muerte formado por el propio Oberoi, el hotel Taj Mahal y el centro judío de Nariman. «Peligro», «la carretera está cortada» u otro tipo de respuestas son las habituales en un gremio poco dado a rechazar clientes, especialmente extranjeros. Tras el anuncio público por parte de las autoridades del éxito de la operación, los rehenes fueron saliendo con cuentagotas del Oberoi. Uno a uno, pasaban del hotel al edificio anexo de la compañía Air India y de allí a la libertad. Cientos de soldados mantuvieron el edificio liberado cerrado a cal y canto, y se encargaron de que cada víctima llegara a salvo a los coches que les esperaban.