EN PRIMERA LÍNEA. Un joven judío se oculta bajo una cama mientras miembros de los cuerpos de élite del Ejército combaten a los terroristas en el centro hebreo Nariman. / AFP
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India apunta a grupos independentistas de Cachemira como autores de los ataques

El Gobierno denuncia la presencia de «fuerzas extranjeras» entre los terroristas y apunta la complicidad de la vecina Pakistán

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Bombay despertó ayer bajo el ruido del paso de los helicópteros militares rumbo al sur de la ciudad y se acostó con la confirmación por parte de las autoridades de la «limpieza de terroristas» tanto en el hotel Oberoi como en el centro judío de Naruman. En medio, una jornada frenética en la que las fuerzas especiales cumplieron con el guión marcado por unas autoridades cuya prioridad es acabar con la situación de inseguridad creada por los ataques en cadena del jueves.

Unos atentados cuya autoría sigue sin estar clara, pese a la reivindicación casi inmediata vía correo electrónico de un grupo desconocido que se presentó como 'Deccan Mujahidin'.

El primer ministro, Manmohan Singh, fue el primero en apuntar al vecino paquistaní -lugar desde donde operan los grupos que luchan por recuperar la parte de Cachemira del lado indio- al declarar a las pocas horas del ataque que éste había sido llevado a cabo por «fuerzas extranjeras», la fórmula habitual para referirse a Pakistán en la que insistió ayer el responsable de Exteriores, Pranab Mukherjee. «Las primeras evidencias indican que hay implicados elementos con vínculos con Pakistán», declaró en rueda de prensa. Por ello, el ministro instó a Islamabad a que desmantele las infraestructuras de apoyo a los grupos armados.

Islamabad, por su parte, ha condenado estas acciones que el presidente, Asif Alí Zardari, calificó de «detestables». Los principales medios indios se basan en los testimonios de los nueve presuntos terroristas que la Policía dice haber capturado para vincular los ataques a la cuestión de Cachemira.

Origen del ataque

'Lashkar-e-Taiba', el Ejército de Dios, una organización que negó desde el comienzo su implicación en la masacre, sería la que ideó la cadena de ataques, según el diario 'The Hindu', que va más allá en los detalles. Siempre según fuentes cercanas a la investigación, «los yihadistas salieron en un barco desde Karachi y luego desembarcaron en pequeñas embarcaciones en nuestra costa».

El número de detenidos, como el resto de cifras que se refieren a la operación yihadista, es una incógnita. En la liberación del hotel Oberoi, según Hasan Ghafoor, jefe de la Policía de Bombay, 93 rehenes fueron liberados y 24 cadáveres fueron encontrados en una de las habitaciones.

Por la tarde fue el turno del asalto definitivo al centro judío en el que, según la agencia local IANS, habrían encontrado los cadáveres de al menos cinco civiles, entre ellos el líder de la comunidad, el rabino Gavriel Holtzberg. Las autoridades israelíes criticaron el asalto y, en declaraciones al diario 'Jerusalem Post', lamentaron que el Gobierno indio no accediera a aceptar su colaboración y llevara a cabo un asalto «prematuro y mal planeado».

La cifra oficial de fallecidos se eleva a 130 personas, de los que ocho son ciudadanos extranjeros. De ellos, tres son alemanes, uno japonés, otro canadiense y uno australiano, según explicó M. L. Kumawat, responsable de la Seguridad Interior india. Las nacionalidades de los otros dos fallecidos se desconocen. A estos se suman los 22 extrajeros que permanecen internados en diversos centro sanitarios de la ciudad.

Un portavoz del gobierno del estado de Maharashtra -cuya capital es Bombay- aseguró a la cadena CNN que es previsible que los muertos aumenten y añadió que entre quienes han perdido la vida hay civiles, 16 policías y dos miembros de comandos.

Mientras tanto, las medidas de seguridad se han reforzado en una ciudad en la que las escuelas volvieron a abrir sus puertas y que poco a poco vuelve a la vida tras unos días en auténtico estado de shock. La pesadilla parecía haber acabado anoche.