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Etiopía retirará sus tropas estacionadas en Somalia antes de que acabe el año

La Unión Africana teme que el repliegue sea aprovechado por las milicias islámicas para tomar el poder

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El anuncio que hizo ayer Etiopía de retirar antes de fin de año sus tropas estacionadas en Somalia ha sido recibida con desaliento por la comunidad internacional, temerosa de que el repliegue sea aprovechado por las milicias islámicas para apoderarse definitivamente del país. Jean Ping, presidente de la Comisión de la Unión Africana aseguró que un repliegue prematuro «tendría consecuencias nefastas», ya que las fuerzas de esta organización, recluidas en ciertos sectores de la capital, no pueden sustituirlas por su escasa operatividad y cabe, por tanto, una peligrosa situación de vacío de poder.

Wahide Belay, portavoz del Gobierno de Adis Abeba, confesó que el régimen etíope se sentía «insatisfecho» por la respuesta exterior a sus operaciones en Somalia, aunque aseguró que habían cumplido su cometido. Sin embargo, los tres mil efectivos no han podido consolidar una Administración real. «Los etíopes están al final de sus fuerzas debido a las disputas en el Gobierno interino, que ellos han respaldado con un enorme coste humano y financiero», señaló Rashid Abdi, experto de la ONG International Crisis Group.

En 2006, el Ejército abisinio invadió Somalia para evitar el colapso definitivo del Gobierno de transición, apoyado por Occidente y acosado por el avance incontenible de los fundamentalistas, rigurosos en su aplicación de la 'sharia' y presuntamente afines a las tesis de Al-Qaida. Sin embargo, los iniciales éxitos militares, que permitieron la ocupación de buena parte del territorio, no se acompañaron de un control efectivo por el régimen interino.

Desde entonces, se ha producido una contraofensiva islamista que ya ha recuperado casi todo el sur del país y pretende asaltar la capital. La situación humanitaria es catastrófica. Tan sólo el pasado año, 10.000 civiles perdieron la vida, un millón abandonó su hogar y tres millones requieren de ayuda alimenticia urgente. El caos resultante ha sido aprovechado para la expansión de actividades delictivas como el tráfico humano, el secuestro o la piratería marítima.

Ayer se dio a conocer la liberación del mercante griego 'Centauri' y el apresamiento de un barco de bandera liberiana cargado de productos químicos y petróleo. Tres de sus tripulantes saltaron por la borda y fueron recogidos por un helicóptero. No hay noticias fiables sobre la situación del fotógrafo español José Cendón y el periodista británico Colin Freeman. Un jefe tribal de la república de Puntlandia reveló que se habían abierto conversaciones entre ancianos de la zona y el grupo de captores. Gani Mohamed Abdi, jefe de la Policía de Bossaso, apuntó que los desaparecidos estaban retenidos en la zona montañosa de Sanaag.