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El frío se instala en la Sierra

Los vecinos de la zona alta de la comarca acuden a los guisos y al calor de las chimeneas para combatir un termómetro que marca hasta dos grados bajo cero de mínima

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El frío se ha instalado en la Sierra y ya está todo preparado para recibir las primeras nevadas. Los vecinos de los municipios de la zona más alta de la comarca -Grazalema, Villaluenga, Benaocaz o Zahara- padecen una ola de frío que ha provocado que el termómetro baje, en algunos momentos de la noche, hasta los dos grados bajo cero. Esta situación les obliga a salir poco de casa o a hacerlo muy abrigado y a recurrir a fórmulas tradicionales para entrar en calor.

Uno de los métodos más utilizados para combatir el frío está íntimamente relacionado con la alimentación. Los guisos y el caldo caliente son la estrella de los días más fríos. «La sopa de Grazalema o un buen potaje de callos con garbanzos te hacen entrar en calor», apunta Isabel Naranjo mientras da los últimos retoques a su guiso. Isabel Castro, por su parte, matiza que «cualquier cosa calentita es bien recibida por el estómago estos días».

Pero no sólo de pan vive el hombre y para aguantar unas temperaturas que cortan la respiración uno de los mejores aliados es la chimenea. En pueblos como Grazalema resulta difícil encontrar casas que no cuenten con chimenea porque «es complicado aguantar mucho tiempo sin ponerte cerca del fuego», apunta Patrocinio Diánez. Esta vecina aviva el fuego al tiempo que asegura que «es importante tener preparado un buen arsenal de leña por lo que pueda pasar porque nunca se sabe cómo va a venir el invierno».

A pesar de las bajas temperaturas, algunos vecinos de la zona aseguran que «esto aquí es habitual y es a lo que estamos acostumbrados», señala Juan Menacho, otro vecino de Grazalema. Reconoce que que no le gusta el calor del verano, «el frío es algo que da un encanto especial a esta zona y todo parece mucho más bonito». Señala que «el frío de la Sierra es muy llevadero porque aquí te pones una chaqueta y se te quita todo, porque no es el frío húmedo ese que se te mete en los huesos y es imposible librarse de él. Es un frío seco».

Un oasis de calor

No todos los remedios que hay para combatir el frío son tan tradicionales como un buen guiso, el fuego o un carajillo tempranero. Los visitantes que acudan a la Sierra, o los propios vecinos, pueden encontrar entre pinsapos y montes escarpados un oasis de calor a unos 30 grados de temperatura. En esta zona, donde el agua es la protagonista cada otoño, la relajación llega de la mano de las burbujas, la lluvia fina o los masajes.

Este servicio, Spa&Wellness, se ofrece desde el pasado martes, cuando los hermanos Hernández abrieron una instalación en la que se recrea la imagen de un pueblo, imitando las calles de los pueblos blancos. Francisco Hernández destaca que «la acogida del local es buena, sobre todo, porque ofrecemos un servicio añadido a los visitantes, que hasta ahora no había en la zona». Se trata de otra alternativa contra el frío.