CELEBRACIÓN. Los españoles posan con el trofeo tras ganar el encuentro decisivo. / EFE
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Las claves de la gesta española

Comunión de equipo, compañerismo, la estrategia de Sánchez Vicario y... el tenis desplegado por los galácticos Feliciano López fue el que mostró más fuerza mental

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La consecución de la tercera Copa Davis para España no ha sido producto de la casualidad, sino de un duro trabajo elaborado por Emilio Sánchez Vicario y su equipo nada más comenzar la serie e incluso de mucho tiempo atrás, al comienzar el año. He aquí las claves del triunfo español.

Ser un equipo

Todos se apoyaron entre sí y eso les dio fuerzas en los momentos duros. Así, Fer encontró apoyo en Feliciano en el partido de dobles. Ferrer apoyó en todo momento a Verdasco en su último y duro partido (Emilio le recordaba quien tenía detrás cuando las cosas iban mal), y todos encontraron palabras de apoyo en el que estaba al lado. Incluso el «pesadito» de Rafael Nadal estuvo dando la lata cada hora con los mensajitos, llamadas y apoyo sin cuartel en la distancia, siempre preocupado por sus compañeros, interesándose por ellos, no dejándoles de la mano aunque estuviera muy lejos de ellos

Emilio Sánchez Vicario

El capitán del equipo hizo una estrategia perfecta. Eligió en cada momento el jugador ideal para cada partido y lo hizo bien. Se basó en sus grandes conocimiento del tenis, de la psicología de sus jugadores y de su estado de forma. Vio que Feliciano López tenía que jugar como segundo hombre cuando nadie lo pensaba y todos creían que Verdasco debía ser el elegido. Luego, en el partido decisivo, se la jugó y puso a Fernando antes que a Ferre cuando casi todos apostaban por el alicantino. Todo le salió bien y los resultados acabaron dándole la razón en cada una de las decisiones tomadas.

Los galácticos

Sobre todo Feliciano López hizo una serie casi perfecta, con un tenis antológico, del primer nivel que siempre se ha dicho que tiene. A Feli hace años que se le lleva esperando y es posible que con Jospe Perlas al mando ahora acabe por llegar. Fernando Verdasco también estuvo muy bien, aunque fue más por coraje y fe que por juego. En el dobles emergió en el momento oportuno, y lo mismo hizo en el último partido.

El cambio de pista

Lejos de perjudicar al equipo español, con la lesión de Nadal, la jugada se volvió contra los argentinos porque al no estar Rafa entraron los galácticos en juego, gente que se mueve mejor en carpeta porque son muy altos, muy grandes, con excelentes servicios y están muy acostumbrados a jugar en este tipo de superficie.

Dureza mental

Tuvo que haberla para superar el terrible ambiente que se vivió en Mar del Plata. Una cosa es lo que se ve por televisión y otra cosa es estar allí y, sobre todo, estar abajo, sabiendo que diez mil personas van contra ti, que jalean cada fallo como una fiesta y te abuchean en las buenas jugadas. En este aspecto, Emilio tuvo que trabajar mucho con todos, pero unos respondieron mejor que otros. Los que tuvieron más problemas fueron Ferrer y Verdasco, pero por distintos motivos. El primero tuvo dificultades consigo mismo, con su tenis y su juego de hace meses. Fer, con el público, que le descentró en exceso. El que mejor supo acomodarse fue Feliciano, al que nada distrajo. Su saque siguió funcionando como un reloj, sin duda porque lo tiene muy maquinizado.