ATAQUE. Sanlúcar estará acompañado por Armada. / LA VOZ
PORTUENSE

La victoria es el camino elegido para protestar por la situación

El Portuense-Melilla es un encuentro de alto voltaje para los locales, del que puede salir electrificado si perdiera los puntos. Los de Ferri, que vienen dando el do de pecho cada vez que visten la camiseta rojilla, pueden verse muy tocados en el transcurso del encuentro si no se colocan por delante, debido a que los jugadores sólo se han ejercitado cuatro días en dos semanas. Físicamente les puede pesar un partido de tanta responsabilidad. Vencer para nada está descartado, y si lo hiciera sería como una bofetada sin mano para los dirigentes, ante tanta incertidumbre a la hora de cobrar. Son ya dos semanas de promesas incumplidas y ahora vuelta a lo mismo, será en la próxima. Las personas que Lores tiene en El Puerto para administrar el club aseguraron ayer al capitán Sanlúcar que mañana se abonarán las dos mensualidades, lo mismo que el presidente el viernes le dijo también al capitán rojiblanco.

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En cuanto al equipo que Alberto Ferri presente, habrá algunas variaciones debido a la ausencia del lateral izquierdo Rubén Anuarbe por sanción federativa. Velázquez ocupará esa demarcación mientras Vázquez entra en la derecha. Luego está Carrasco que entre unas y otras cosas, como la pérdida ésta semana de su padre o la fisura en una costilla, obliga al técnico local a sentarle en el banquillo para dar centrada a Armada en su tercer encuentro como titular.

Luego está la novedad de Kikín, que estará en banda izquierda para dejar a Diego Ramírez en el centro como organizador, su hábitat natural.