Cádiz C.F.

La importancia del entrenador

El fútbol ha cambiado. Aunque algunos ex futbolistas y ex técnicos se niegan a desechar su envejecido manual, muchos conceptos del pasado han quedado obsoletos. Señalan a Cruyff como el culpable, quizás. Pero el entrenador ha dejado de ser esa figura que alinea a los once mejores y sólo les pide que pongan testiculina y sientan los colores. Eso sólo ya no vale.

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Ahora, un preparador es un compendio de varios oficios. Ha de contener todos los conceptos tácticos de la escuela, la preparación académica es la base sobre la que se cimenta un gran entrenador. Tiene que ser un magnífico estratega, original e imaginativo, pues el balón parado es fundamental. Un psicólogo para entender el pensamiento individual (además de colectivo) de sus futbolistas. Un juez para que nadie le acuse de injusticias. Un relaciones públicas para controlar este entorno tan mediatizado. Educado, carismático y valiente son las virtudes que deben acompañar a su figura.

La importancia de un buen técnico se ha comprobado en el Cádiz de los últimos años. El propio Guardiola alucina con el mismo equipo (salvo Alves) que naufragó la temporada pasada. Emery es sinónimo de éxitos, al igual que Benitez o Marcelino, sin apenas borrones en su historial.

Aquí Gracia va camino de convertirse en un técnico importante. Recopila todo lo antes mencionado y sólo le falta una cosa que llegará con el tiempo si las orejas se mantienen abiertas: la experiencia. Pero todavía le quedan muchas pruebas por superar. Alguna vez le irá mal, y deberá enfundarse el uniforme de todas las profesiones que se esconden bajo su cargo. Esos días se sabrá si Javi es el magnífico entrenador que aparenta, o uno más de los muchos que ruedan y ruedan por el fútbol hasta, que finalmente, descarrilan.