Sociedad

Estrategias varias

Vamos a revisar nuestras tácticas de combate en Afganistán, ya que al parecer las que hemos adoptado hasta ahora tienen un doble inconveniente: no aumentan nuestros efectivos ni disminuyen los del adversario. Desde antiguo se sabe que un buen soldado no es el que muere por su patria, aunque esté distante, sino el que hace morir por la suya al soldado de enfrente, aunque le pille al lado.

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¿Qué estrategia adoptar después de que el cabo Rubén Alonso y el brigada Juan Andrés Suárez hayan adquirido bruscamente la condición de héroes? ¿Enviamos más héroes a Afganistán? ¿Restringimos su número hasta que acabe explotando la paz? Nuestra dulce ministra dice que desde allí «se amenazan a las familias españolas» y hay que enviar más tropas.

Por otra parte, lo que el Gobierno pretende es que cesen los bombardeos indiscriminados de Estados Unidos sobre la población civil y que la ONU controle la zona.

Perdiendo se aprende, pero no se escarmienta. Ni Vietnam, ni Irak han sido lecciones válidas para darse cuenta de que un gato herido, si se le acorrala, se convierte en un tigre del «tamaño del odio». ¿A qué estado de desesperación hay que llevar a un país para que haya niñas suicidas de trece años? IU reclama al Gobierno que España se retire del país, igual que de Irak, ya que en su opinión sirve a los intereses de los Estados Unidos, pero el PP lo que pide es que se dote a los mártires de exportación de todas las medidas de seguridad necesarias para que no lo sean.

Por lo pronto, el presidente Zapatero ha dicho que no aumentarán los efectivos. ¿Cuál será la estrategia más oportuna? Quizá sea la de siempre: que a la guerra vayan otros. Delegar en el proletariado el honor de servir a la patria ha sido siempre una buena idea. Tienen garantizado que la televisión retransmitirá sus funerales.