PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS 2008

En el tiempo que lee este párrafo

OVIEDO Actualizado: Guardar
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En el tiempo en que lee este párrafo, un secuestrado cautivo de las FARC en la húmeda y asfixiante selva de Colombia se resiste a creer que no existe un mundo mejor. En el tiempo que lee este párrafo, un niño ha muerto de malaria en el mundo. En el tiempo que lee este párrafo, un niño de la calle de Venezuela extrae de un instrumento musical sentidos sones de esperanza.

En el tiempo que lee este párrafo, un grupo de ateridos y asustados inmigrantes viajan en una frágil barcaza para buscar en los países ricos unas condiciones de vida dignas. En el tiempo que lee este párrafo, fármacos guiados por sistemas inteligentes viajan por el cuerpo humano para salvar una vida asediada por una terrible enfermedad. En el tiempo que lee este párrafo, un artista lucha en cualquier rincón del mundo por mantener su independencia mediante la inventiva, el valor, la flexibilidad de pensamiento y la generosidad.

En el tiempo que lee este párrafo, un joven aficionado al tenis golpea la pelota una y otra vez para imitar a la estrella de su país que, poco a poco, sin ruido pero sin perder nunca la fe en sus posibilidades, llegó a número uno del mundo. En el tiempo que lee este párrafo, un internauta escribe un nombre, pulsa una sencilla tecla y encuentra millones de respuestas en una pantalla de ordenador.

Conscientes de la realidad

Los jurados de los Premios Príncipe de Asturias conocen el valor del tiempo y son conscientes de los problemas que aquejan al mundo. Por eso han premiado a Ingrid Betancourt y al Centro de Investigaçao em saúde de Manhiça (Mozambique), creado y dirigido por los doctores españoles Pedro Alonso y su esposa, Clara Menéndez; el Ifakara Health Institute, de Tanzania; el The Malaria Research and Training Center, de Malí, y el Kintampo Health Research Center, de Ghana.

También galardonaron al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, creado por José Antonio Abreu, al escritor y semiólogo búlgaro de nacimiento y francés de adopción Tzvetan Todorov, a los científicos Sumio Iijima, Shuji Nakamura, Robert Langer, George Whitesides y Tobin Marks, a la escritora canadiense Margaret Atwood, al tenista Rafael Nadal y al buscador de Internet Google, inventado por Serger Brin y Larry Page.

Todos los premiados tratan de mejorar el mundo que les ha tocado vivir para consolidar la democracia frente al azote del terrorismo y el narcotráfico, luchar por los derechos de los inmigrantes, buscar curas a enfermedades que matan a millones de personas y alertar con firmeza de los riesgos del cambio climático.

En el tiempo que lee este párrafo, es posible que los Premios Príncipe de Asturias hayan llevado una luz de esperanza a perdidas poblaciones africanas y a oscuros campamentos de la selva colombiana.