INGRESOS. El presupuesto de Cáritas está basado en las colectas de las misas. / MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Cáritas detecta la aparición de nuevas familias de clase media con necesidades

Las parroquias del casco histórico han aumentado su actividad en los últimos meses Las comunidades realizan un seguimiento a las personas que solicitan ayudas económicas

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El Obispado de Cádiz y Ceuta, a través de Cáritas, realiza una labor social ayudando a las familias que no cuentan con los recursos suficientes. Durante el año pasado, más de 2.000 familias recibieron atención en alguna de las 19 parroquias de la capital. Pero la crisis económica ha provocado que el número de familias que necesiten alguna prestación social vaya en aumento.

Las parroquias ubicadas en las zonas más deprimidas de Cádiz eran las que más ayuda prestaban (La Palma, San Vicente de Paúl, Nuestra Señora de Loreto o la parroquia del Carmen). Sin embargo, ahora las dependencias parroquiales de los templos del casco histórico -ubicadas en zonas catalogadas como de clase media-alta- han comenzando a absorber estos trabajos.

En Cáritas parroquial de San Agustín o el Rosario han incrementado el número de solicitudes de familias que «no llegan» a final de mes y, curiosamente, «antes eran familias que se caracterizaban por pertenecer a un estatus social medio, lo que nos ha sorprendido aún más», señalaron desde el voluntariado.

Cáritas apuntó a la crisis económica como «la causante de esta dramática situación. A nadie le gusta tener que solicitar ayuda, sobre todo si es económica. Pero en algunos hogares, las deudas han superado a los ingresos y ya no pueden ni pagar el recibo de la luz».

La mayoría de estas familias, según explicaron desde las parroquias, pagaban mensualmente una hipoteca que ahora absorbe la mayor parte los ingresos. De hecho, muchas de estas personas afectadas por la falta de recursos se han visto obligadas a vender uno de sus vehículos particulares o, incluso, los dos.

Inspección y seguimiento

Aunque son muchos los que solicitan la ayuda económica, Cáritas parroquial no la concede a todos los demandantes. Cuando una familia desea esta ayuda, se comprueba la situación laboral (si se encuentra desempleado el solicitantes o no), y cuáles son sus ingresos mensuales. También es necesaria la presentación de la declaración de la Renta, y detallar el núcleo familiar.

Una vez realizada todas las comprobaciones, Cáritas comienza a distribuir su ayuda económica, en colaboración con la Delegación municipal de Asuntos Sociales. La Diócesis de Cádiz y Ceuta, a través de Cáritas parroquial, entrega dinero para el pago del recibo de la luz o del agua. También se entrega una ayuda económica para el pago de los alquileres, vales para alimentos que se pueden canjear en determinados supermercados de la ciudad, o se atienden los desahucios (en 2007 se produjeron en la capital cuatro). En total, el año pasado, Cáritas invirtió 494.300 euros en ayudas sociales, aunque este dinero nunca fue destinado al pago de hipotecas o de facturas de teléfono.

Además, y desde que a una familia se le concede la ayuda económica, Cáritas comienza a ejercer una labor de seguimiento para comprobar que las necesidades que tienen son reales. En los supermercados se comprueba que los productos que adquieren estas personas son de primera necesidad. De hecho, está prohibido la compra de alcohol, bollería industrial o refrescos.

Las diferentes asociaciones parroquiales se ponen en contacto cuando entra una nueva solicitud para comprobar que esta persona no ha acudido a otra parroquia para pedir ayuda, «porque algunos son profesionales y no son conscientes de lo difícil que es para familia con problemas económicos pedir ayuda», señalaron desde Cáritas.

Además, y a veces gracias a la colaboración ciudadana, se descubren hábitos que son incompatibles para recibir la ayuda de Cáritas, como acudir al bingo, gasta el sueldo en un bar, adquirir un vehículo de lujo o semi-lujo, comprar determinado textil, calzado o juguetes.

Crisis en el cepillo

Cáritas puede ayudar a estas familias gracias a las aportaciones que se realizan desde la Iglesia. Cada primer domingo de mes, las colecta de todos los templos de la ciudad está destinada a este voluntariado. Sin embargo, también las donaciones han disminuido desde principios de año «y en lugar de entregar billetes, ya se entregan monedas. Incluso hay algunos que se desprenden de las pesetas que le quedan en casa en los cepillos».

Hasta en las iglesias donde los fieles están en una cómoda situación económica (San Francisco o Las Descalzas) han disminuido la recaudación hasta en un 50%. Así, en algunos templos han pasado de obtener 400 a 150 euros.

El párroco del Santo Ángel, el padre Pablo Daniel López, señaló que «a pesar de que la Iglesia recibe desde hace dos años menos ayuda de los fieles, cuando se anuncia que la colecta está destinada a Cáritas el dinero recaudado es elevado».

mhuguet@lavozdigital.es