SALUDO. Bush y Paulson posan junto a las escaleras de la Secretaría de Hacienda en Washington. / EFE
Economia

Luz verde al plan de choque

El Congreso de Estados Unidos aprueba la medida propuesta por Bush que permite a los mercados un respiro tras la crisis económica mundial

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El Congreso de EE UU puso fin este viernes al culebrón que ha sacudido los mercados financieros de todo el mundo desde hace dos semanas, cuando el secretario del Tesoro Henry Paulson acudió en busca de 700.000 millones de dólares, unos 480.000 millones de euros, para detener el colapso de la banca. La ley que fracasase el lunes pasó ayer en la Cámara de Diputados, después de que la del Senado la azucarase con 150.000 millones de dólares en ayudas fiscales de todo tipo para hacerla más populista.

«Ha sido un voto muy importante pero muy impopular», advirtió la portavoz del Congreso Nancy Pelosi, con la promesa de que «esto es sólo el principio de nuestro trabajo», dijo. «No nos vamos a quedar en la superficie. Hemos visto cosas que nunca pensamos que fuéramos a ver. Ahora es el momento de mirar adelante para evitar que se repitan». Pelosi prometió ajustarse el cinturón para no añadir más deuda y aseguró que el astronómico plan de rescate que elevará la deuda pública de EEUU a 11.3 billones de dólares tenía que salir adelante no por el Dow Jones de Wall Street «sino por el señor y la señora Jones de Main Street».

Mientras hablaba, los brokers del parqué neoyorquino detuvieron la compra y venta de valores para arremolinarse frente a las pantallas de televisión y escuchar atentamente sus palabras. No les debieron gustar demasiado. Los ciudadanos de a pie que han visto caer sus ahorros en los fondos de pensiones por los azotes de la Bolsa tal vez respiraban más tranquilos, pero el índice Dow Jones, que había subido más de 100 puntos a lo largo de la mañana ante la expectativa de cerrar capítulo, acabó con 152 puntos a la baja (-1.46%).

El lunes faltaron doce votos para llegar a los 218 que se necesitaban. Este viernes se sumaron 58 más, de los que 26 procedían del partido republicano en el poder y 32 de la oposición demócrata, que ha aportado el grueso de la votación, por lo que el resultado final fue de 263-171. «No creo que los que votaron en contra el lunes y la han aprobado hoy deban pagar ningún precio político», observó el líder republicano Roy Blunt «porque ésta no es la misma ley que rechazaron el lunes. Es la misma cantidad para los mercados financieros pero distinta ley».

Blunt confesó a los periodistas del Congreso que «la última vez que me comí una verdura fue hace dos semanas», y aseguró que desde entonces ha trabajado de día y de noche alrededor del congreso. «La primera llamada de todas las mañanas era con los líderes de mí partido. El senador John McCain me telefoneó el otro día a las 3 de la madrugada porque estaba en (horario de) la costa Oeste. El presidente me preguntó ayer 'a quién más puedo llamar' (para convencerle). Todos hemos hecho lo que hemos podido».

Tan pronto como pudo rubricar la ley, Bush aplaudió la actuación del Gobierno pero advirtió que «nuestra economía sigue enfrentando serios retos».

La siguiente preocupación de los legisladores es corregir la falta de regulación que permitió la orgía económica de Wall Street en las últimas décadas y convirtió a toda la sociedad en rehén de sus desmanes. Eso es también lo primero que preocupa a la banca, pero no lo único. El plan que empezase en menos de tres folios y acabase en más de 400 páginas deja un amplio número de incógnicas sobre cómo será el proceso para valorar los activos de deuda tóxica que ha congrestionado la línea de crédito hasta paralizar los préstamos interbancarios.

Paulson tiene amplia discreción para establecer los mecanismos y decidir qué empresas podrán beneficiarse del plan de rescate por el que el gobierno de EEUU compará a los bancos esa deuda invendible hasta que recupere su valor. El secretario del Tesoro ha prometido empezar a actuar rápidamente con el primer paquete de 350.000 millones de dólares que le entregará el Congreso, y el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, un economista especializado en la Gran Depresión trabajará con él mano a mano. Según los analistas, la Reserva Federal contempla bajar los tipos de interés en su próxima reunión para reanimar a los mercados.

Si bien la inflación es ahora, con esta gigantesta emisión de deuda pública un nubarrón más negro, ayer fue el paro el indicador que más amenazaba tormenta en la economía estadounidense.

Septiembre ha registrado la mayor pérdida de empleos de los últimos cinco años y medio, tras quedarse en la calle 159.000 personas, en el noveno mes consecutivo de contracción. Mucho peor de lo que habían sugerido los agoreros analistas de Wall Street, que habían puesto la cifra en 100.000 empleos menos. Todos los sectores de la sociedad han resentido este ajuste excepto el Gobierno, que ha añadido 9.000 puestos a la bolsa de trabajo y promete aguantar la economía con este astronómico plan sin precentes aprobado este viernes.