Cultura

El Camino empieza en Cádiz

La Caixa trae a la Plaza de San Antonio una ambiciosa exposición en la que muestra al visitante las peculiaridades de la ruta Jacobea a través de audiovisuales y escenografías

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No siempre fue así. En 2008, el peregrino arranca el viaje con un mapa en la mochila, las botas de treeking, el saco, las vendas, el móvil y la Visa. Después de presentarle sus respetos al Santo, regresa a casa en avión, harto de percebes, empapado de Ribeiro, toma un baño caliente, revisa las fotos y hace acopio de fuerzas para vacilar con el anecdotario. Pero en 1330, por ejemplo, hacer el Camino de Santiago era embarcarse en un periplo incierto y complicado, acudir al llamado de la aventura sin más brújula, escudo ni medicinas que la propia fe. No había garantías de regreso.

La ruta Jacobea ha significado para la historia uno de los primeros vertebradores del viejo continente. El hallazgo del sepulcro del primer apóstol mártir en el siglo IX supuso encontrar un punto de referencia que contribuyó a la consolidación de los elementos conquistados por las emergentes monarquías cristianas, además de abrir diferentes vías de conexión con la Europa cristiana y con Al-Andalus.

La exposición Europa fue camino. La peregrinación a Santiago en la Edad Media, que puede visitarse desde ayer en Cádiz, pretende mostrar al visitante, a través de seis ámbitos diferenciados, el origen del Camino, su construcción, la vida cotidiana durante el peregrinaje y las infraestructuras que dieron forma a la principal vía de peregrinación de la Europa medieval. La muestra propone un itinerario que evoca el propio Camino con la voluntad de que el espectador se convierta en peregrino y visite algunas de las principales paradas a partir de diferentes escenografías: el mercado, los talleres de artesanía, los scriptoria, un hospital con su botica o el interior de una catedral románica.

El proyecto, dirigido por José Manuel García Iglesias, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Santiago, pretende «reflexionar, de un modo ameno y eminentemente divulgativo, sobre los motivos que provocaron las peregrinaciones jacobeas y los factores que ayudaron a su consolidación».

El mundo medieval

El primer ámbito de la exposición muestra al visitante, a través de varios mapas de distintas épocas -como el Mapamundi de Los comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana (1086)-, cómo evoluciona la visión del mundo a través de los siglos, desde la desintegración del Imperio romano hasta el final de la Edad Media. En este espacio también se muestran, a través de un audiovisual, los principales acontecimientos de la época.

En un segundo ámbito se presenta una revisión de los hechos, mitad históricos, mitad legendarios, que condujeron al establecimiento de Santiago de Compostela como lugar de peregrinación: la muerte y decapitación del apóstol en Judea, el posterior robo y traslado del cuerpo de Palestina a Galicia en una barca de piedra y el descubrimiento de un sepulcro por el eremita Pelayo y el obispo de Iria Flavia Teodomiro. Además de dos escenografías, una de un eremitorio, símbolo del origen del culto de Santiago y otra que reproduce un scriptorium de monasterio, guarda como joya el Códice Calixtino, considerado «la primera guía turística de la ruta».

En un tercer ámbito de la muestra se presentan a los personajes que contribuyeron decisivamente a consolidar la ruta jacobea y que van desde Alfonso II, artífice de las primeras peregrinaciones, hasta los Reyes Católicos, cuyo reinado coincidió con el fin del esplendor del camino.

Y si la ruta fue una vía densamente transitada, que generó una gran diversidad de actividades e intercambios, no podía faltar un ámbito exclusivamente destinado a los lugares y ambientes que se encontraba un peregrino medieval a lo largo del trayecto. La primera parada es la reconstrucción de un mercado medieval, donde encontramos los alimentos, productos manufacturados, herramientas e incluso instrumentos y la música que circulaban a través de la ruta. El público pasa después a observar el trabajo de los artesanos, a partir de una pared a medio construir o de las reproducciones de sendos talleres de azabacheros y plateros, dos de las actividades artesanales más directamente relacionadas con la tradición jacobea. El visitante entra a continuación en el interior de un hospital de peregrinos, primero en una celda de descanso para el caminante y luego en la botica, donde se preparaban y administraban los remedios para los principales males de los caminantes.

Para el éxito del Camino no bastaba con la protección ideológica y política, hacía falta también un esfuerzo a la hora de dotarlo de infraestructuras necesarias. La peregrinación a Santiago impulsó de forma espontánea y sin planificación la construcción de una importante red de caminos, por lo que no podía faltar un espacio para repasar la construcción de infraestructuras a lo largo del trayecto. Está presidido por un mapa del Camino francés, en el que se han destacado una treintena de construcciones -puentes, iglesias y hospitales-, directamente relacionados con el servicio a los peregrinos, en el que las autoridades de la época se volcaron.

Y todo ello, en mitad de la plaza de San Antonio.

dperez@lavozdigital.es