Los radicales se retiran del diálogo para reformar el Estado belga

La crisis política belga entró ayer en una nueva fase al aceptar los partidos flamencos negociar con los francófonos de Valonia y de Bruselas una reforma del Estado que no comprometa de antemano la quiebra de la caja única de la seguridad social, ni fechas para alcanzar acuerdos sobre la materia sometida a discusión. El acuerdo en las filas políticas flamencas provocó la dimisión del ministro que la radical formación política flamenca NV-A, heredera de la extinta Volkunie, mantenía en el Ejecutivo federal, Geert Bourgeois. El presidente de la NV-A, Bart de Weber, declaró que la coalición electoral del Partido Democristiano Flamenco (CD&V) del primer ministro,Yves Leterme, con su formación política no estaba rota, pero lo cierto es que los independentistas flamencos han pasado a la oposición en el Gobierno federal y en Flandes. El pacto de flamencos y francófonos para negociar la reforma del Estado se suscita después de que un grupo de mediadores designado por Alberto II formulara una serie de propuestas de salida al conflicto, tras dos meses de deliberaciones. Los valones y bruselenses las asumieron el pasado viernes y ayer lo hicieron los flamencos.

Las propuestas sobre la que se pone en marcha esta nueva tanda de negociaciones no satisfacen las demandas principales de los nacionalistas: ni la ruptura de la caja única de la seguridad social, ni una solución al complicado problema que plantea la división del distrito electoral que configuran Bruselas, Hal y Vilvorde, formalmente en territorio flamenco pero donde más de 150.000 electores francófonos reclaman expresarse en francés y dialogar con sus administraciones locales en la lengua de su elección. La NV-A ha considerado que con estas premisas, las negociaciones que ahora se entablan pueden eternizarse y terminar sin darles las peticiones que reclaman.

Pragmatismo

El partido de Bart de Weber ha actuado como una espuela sobre el lomo del CD&V, al plantear un programa de máximos con fechas de vencimiento. Yves Leterme, que partía de una sintonía a priori perfecta con De Weber, considera necesario abrazar el pragmatismo ante la gravedad de la crisis política y sus consecuencias para la economía del país. El año que viene hay elecciones regionales en Bélgica. El descuelgue de la NV-A puede ser muy oneroso electoralmente para los socialcristianos, dado el clima de opinión en Flandes sobre la necesidad reformar a fondo del Estado.