El Madrid de Nadal

a comenzado la Liga y la verdad es que de momento, el aburrimiento se ha apoderado de mí. Como siempre, el Real Madrid no convence a su gente pero gana, y el Barcelona juega bien pero no logra el triunfo. El resto de aspirantes tampoco termina de impactarnos, aunque lo que sí impacta es ver al Espanyol en lo más alto de la tabla. Esto no nos da ninguna pista de quién puede llevarse el campeonato nacional este año. Tan sólo nos viene a decir que todavía queda mucho y que cualquier cosa puede ocurrir. Por este motivo, no entiendo esos sofocones contra Laporta y ese pesimismo con respecto a Guardiola. Me parece demasiado fácil arremeter contra alguien que no nos cae bien, aprovechando que los resultados no son los deseados, y la prematura incertidumbre que siempre nos provoca alguien de la casa que, como de costumbre tiene que demostrar el doble. Lo de la Casa Blanca es todavía más divertido. Ganen lo que ganen, los periodistas mafionales nunca están contentos y, me río de las deficiencias del conjunto blanco. Con las mismas críticas han sido capaces de adjudicarse dos títulos de liga consecutivos. Entre otras cosas porque al Madrid le caracteriza un espíritu de superación y una capacidad de reacción que ya quisieran para ellos la mayoría de los equipos de nuestro país. En ese aspecto, el que mejor encarna todas estas virtudes y valores es, sin duda, Rafa Nadal. Uno de nuestros deportistas más sobresalientes tanto dentro como fuera de las canchas de tenis. Un modelo a seguir, ya no sólo por los éxitos que ha cosechado, sino por toda la presión que es capaz de aguantar. Su fortaleza mental es sorprendente y su respeto hacia los rivales, difícil de imitar en la vida real. El Premio Príncipe de Asturias espero que sólo sea el trampolín más alto desde donde el mallorquín pueda seguir haciendo historia como este año. Enhorabuena y a por la Davis.