LA ROTONDA

Con los complejos a cuestas

Nadie con una pizca de razón puede estar en contra de que un hijo luche por dar sepultura a su padre o a su abuelo para enarbolar así la dignidad que intentaron arrebatarle con su muerte... Desenterrar a los muertos de una fosa común es un ejercicio de paz; con uno mismo y con sus ascendientes. A un fusilado sólo le queda la esperanza de que alguien haga justicia por él. Y quizá por ello vemos a octogenarios emocionados al borde del enterramiento; ahora pueden cerrar los ojos en calma porque todo está en su sitio: la tumba y la historia.

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Sí. Hay que poner las cosas en su sitio. Y hay sitio para los dos, para los dos bandos. Y para los dos muertos. Y para todas las víctimas. La Ley de la Memoria Histórica debe percibirse como un ejercicio en positivo para restituir honores, para devolver derechos, para restablecer verdades, para sanar heridas, aunque éstas permanezcan abiertas para siempre.

Por ello hay que sospechar de aquellos que quieren utilizarla como una pieza en el tablero del juego político, desde las blancas o desde las negras. Intentar convertir ahora el debate de la memoria histórica, como el del aborto o el de la muerte digna, sólo en una reyerta entre la izquierda y la derecha es demasiado simplista. De lelos y de radicales. Pero éste es el país de las etiquetas, donde estar a favor del aborto es progresista y estar en contra, ultraconservador; donde la memoria histórica es patrimonio de los rojos y los que se atreven a criticarla o matizarla, unos fachas; donde en el debate ético y moral de la eutanasia no caben equidistancias. No existe el término medio. Se olvida con demasiada frecuencia que se puede no estar de acuerdo. O sí. O sólo a veces, o en determinadas circunstancias.

En debates de tanta trascendencia se necesita sentido común y tolerancia, vengan de donde vengan las opiniones. Hay personas inteligentes en ambos extremos, pero también hay bestias.

Hay que despojarse de los complejos y expresar la opinión con claridad y libertad, sin ser rehenes de prejuicios. Que se sepa, las ideas no son patrimonio de las ideologías, salvo que impere el pensamiento único que tanto ha gustado al poder desde que dos australopithecus discutieron por una bellota. Si es que entonces había bellotas.

CONGELAR LOS SUELDOS

Los concejales del Ayuntamiento de Cádiz decidieron por obligada unanimidad congelarse los sueldos. A ver quién era el que se atrevía a votar en contra. Este gesto cara a la galería de ciudadanos agobiados por la crisis no deja de ser más que eso: un gesto. El ahorro va a ser de unos 30.000 euros y teniendo en cuenta que la mayoría de los ediles no tiene dedicación exclusiva pues ese gesto pasa a ser una mera anécdota, cargada de fuegos de artificio y con una consecuencia perversa: servir de excusa a las empresas para seguir el mismo camino. Manuel Chaves y Javier Arenas también hablan de congelar el sueldo a todos los parlamentarios. Y José Bono va hacer lo mismo con los diputados. Claro, ninguno habla por ahora de congelarle el sueldo a los funcionarios. Eso sí que sería ahorro. Pero con un coste muy superior en pasta y, sobre todo, en votos. El Gobierno de Aznar lo hizo en 1997 al considerarlo fundamental para converger con Europa, pero la Audiencia Nacional anuló la decisión en base a un acuerdo del Gobierno del PSOE y los sindicatos de 1994. Entonces el PSOE criticó «la insensibilidad del Gobierno, que ha demostrado que no es precisamente el campeón del diálogo social», en palabras del entonces portavoz socialista, Jesús Caldera. Con estos antecedente, los funcionarios pueden estar tranquilos. ¿No es mejor la contención del gasto público y bajar los impuestos antes de andarse con chorradas? Luego vendrán diciéndonos que la contención del gasto público recortará las políticas sociales y con eso nos justificarán la subida de los impuestos y la pérdida de poder adquisitivo. Y a callar.

TRÁFICO Y LA N-340

La Jefatura Provincial de Tráfico ha solicitado a Madrid que intervenga ante la peligrosidad de la carretera N-340. Con esta decisión demuestra su inquietud y sensibilidad ante un problema cuyo coste son vidas humanas. Si la semana pasada se criticó en esta misma página la falta de medidas, hoy se elogia la actuación de la Jefatura Provincial. Lo triste es que, hasta hoy, el Gobierno, el Ministerio del Interior y su titular, el parlamentario por Cádiz Alfredo Pérez Rubalcaba, se muestren insensibles frente a una carretera tercermundista. Qué dirá el ministro.

GRACIAS EXTREMADURA

Si es verdad como dice un estudioso del Centro de Ciencias Humanas y Sociales que la tortilla de patatas se inventó en Villanueva de la Serena (LA VOZ, 6 de septiembre) habría que hacerle un monumento a la ciudad pacense. Y otro al que un día decidió ponerle también cebolla.