OPINIÓN

Cereales y carne

La campaña de cereal ha sido buena en España. El Ministerio de Medioambiente, Medio Rural y Marino (MARM) estima una cosecha de 23,7 millones de toneladas, similar a la campaña anterior. Según las últimas previsiones del Consejo Internacional de Cereales, se prevé una producción mundial de 1.718 millones de toneladas, un dos por ciento más que en la campaña 2007/2008. Por otro lado, la demanda de cereal alimentario se ha visto reducida, sobre todo en el caso del trigo. Los altos precios de las últimas campañas han llevado a un cierto nivel de sustitución. A esto hay que añadir que el consumo de cereal para pienso ha disminuido como consecuencia de la reducción de gran parte de la cabaña ganadera. Todo ello ha producido una tendencia a la baja en el precio de casi todo el cereal, salvo el maíz, con peores previsiones mundiales y, por tanto, precios contenidos, por encima de los valores del pasado año. Sin embargo, en España también el maíz grano ha visto reducido su valor en torno al 16 por ciento, mientras que el trigo duro ha llegado a subir cinco puntos en un año.

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Dentro del sector ganadero se reciben con optimismo estas nuevas tendencias. A ello hay que añadir la mejora en las últimas semanas de las cotizaciones de casi todas las canales, como vacuno, pollo, conejo u ovino. Esta sutil reactivación del sector ganadero se debe a una suma de muchas pequeñas cosas, como la apertura de la exportación de carne de vacuno y sus derivados a Marruecos. Ahora, el MARM intenta hacer lo propio con un mercado ruso que, de forma sistemática, rechaza productos europeos. Aplican el criterio de tolerancia cero para residuos médicos en carnes, así como para fitosanitarios en frutas y hortalizas.

En definitiva, una mejora moderada del sector cárnico que solo se ve enturbiada por la reactivación del trasnochado certificado veterinario. Un trámite redundante que solo entiende el Colegio Oficial de Veterinarios y su Presidente, que vuelve a ser requerido a los ganaderos en las salas de sacrificio.