ALEGRÍA. Dos mujeres se abrazan en la capital de Osetia del Sur al conocer la noticia de la independencia de su región. / AFP
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Rusia lanza un órdago a Europa

Medvédev anuncia el reconocimiento de la soberanía de Osetia del Sur y Abjasia, a la vez que entabla relaciones diplomáticas

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El país más grande del planeta, que incluye dentro de sus fronteras tierras que históricamente pertenecieron a Alemania (Königsberg), Japón (Kuriles) o Finlandia (Karelia), dio ayer un paso de gigante en su camino hacia la anexión de nuevos territorios. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, firmó un decreto reconociendo oficialmente la independencia de Osetia del Sur y de Abjasia, decisión que hizo pública mediante un mensaje a la nación a través de las cámaras de televisión.

«El bombardeo nocturno de las tropas georgianas contra Tsjinvali -la capital surosetia- causó la muerte de centenares de civiles nuestros», argumentó Medvédev. «Saakashvili optó por el genocidio como forma de alcanzar objetivos políticos», continuó. Según sus palabras, «la misma suerte le esperaba a Abjasia». En tal situación «esos dos pueblos tienen derecho a decidir su futuro por sí mismos». Tras el preámbulo, Medvédev anunció que Moscú reconoce la soberanía de las dos provincias separatistas georgianas.

«Rusia llama a otros países a seguir el mismo ejemplo. Es una opción nada fácil, pero constituye la única posibilidad de preservar la vida de esas personas», concluyó el presidente ruso. Después, en una declaraciones al canal CNN, advirtió que «Rusia se encargará de garantizar la seguridad de Osetia del Sur y Abjasia ante la posibilidad de cualquier otra agresión exterior». El lunes, las dos Cámaras del Parlamento ruso aprobaron sendos llamamientos al jefe del Estado para que reconociera a los dos enclaves georgianos como Estados independientes.

El presidente ruso ordenó ayer al Ministerio de Exteriores que entable relaciones diplomáticas con los «dos nuevos Estados» y firme sendos tratados de amistad y cooperación. El Ministerio de Defensa, por su parte, recibió el encargo de «salvaguardar la paz» en ambas regiones. El líder separatista surosetio, Eduard Kokoiti, propuso a Moscú el despliegue inmediato de una base militar rusa en Osetia del Sur. Kokoiti manifestó que pronto será organizado un referéndum en la pequeña república para decidir sobre su incorporación a la Federación de Rusia. Mientras, el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, declara ilegal el paso dado por Moscú e instaba a Occidente a contribuir al más rápido ingreso de su país en la OTAN y la UE.

Medvédev subrayó que «no tenemos miedo a nada, ni siquiera a la perspectiva de una guerra fría». En su entrevista al canal Russia Today, el presidente dijo que «decían que Kosovo era un caso especial, pero cada caso es especial por su naturaleza, igual que Osetia del Sur y Abjasia».

Anexión encubierta

A juicio de Medvédev, «Occidente terminará comprendiendo los móviles de nuestra decisión, si es que quiere mantener buenas relaciones con Rusia». «Si, por el contrario, optan por la confrontación, pues bien, hemos sobrevivido a situaciones de ese tipo y sobreviviremos también ahora», advirtió.

Moscú aceleró en los últimos años la concesión de la nacionalidad rusa a abjasos y surosetios, lo que ha permitido presentar el intento de las autoridades de Tiflis de recuperar su provincia rebelde como una «agresión contra ciudadanos rusos». En definitiva, parece tratarse de un mecanismo de anexión encubierta de territorios ajenos. Y es que el Kremlin nunca vio bien la competencia que supone para su sector energético las tuberías que, a través de Georgia y Turquía, transportan a Occidente los hidrocarburos de Azerbaiyán.

Nikolái Zlobin, responsable del Instituto de Seguridad Mundial, aseguró a la radio Eco de Moscú que, con el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjasia como estados independientes, «Rusia ha puesto punto final a la política que, durante años, venía defendiendo de conservar el actual sistema de relaciones internacionales».

Enclaves de importancia estratégica


En Osetia del Sur y Abjasia ayer celebraron con mucho júbilo la decisión adoptada por Medvédev. Su alocución televisiva fue ofrecida directamente en plazas y lugares públicos.

En Abjasia se han decretado tres días seguidos de fiesta. El país, que tiene 8.700 kilómetros cuadrados de superficie y comparte con Rusia 210 kilómetros de frontera, era en la época soviética uno de los lugares de vacaciones preferidos. Sujumi, la capital, y Gagra eran las ciudades más visitadas por los turistas. La guerra de 1992-1993 contra las tropas enviadas por Tiflis, desatada tras la declaración de independencia, causó cerca de 15.000 muertos y un éxodo de refugiados de 270.000 personas. La población actual ronda las 100.000 personas, aunque las autoridades elevan la cifra por encima de los 300.000. La agricultura, la producción de materiales de construcción y, en menor medida, el turismo son las principales fuentes de ingresos del pequeño enclave.

Osetia del Sur tiene 3.900 kilómetros cuadrados. La república está enclavada entre montañas, pero tienen una gran importancia estratégica para Moscú por que Tsjinvali, la capital, está a sólo 85 kilómetros de Tiflis. El país declaró su independencia en 1990 y sufrió ya entonces una guerra con miles de víctimas. Llegó a tener una población de casi 80.000 habitantes. En los últimos años, sin embargo, no vivían más de 30.000 personas y ahora, tras el último enfrentamiento armado, no llegan ni a 5.000 almas. Sus moradores están casi todos en Osetia del Norte, territorio que pertenece a Rusia.