«Hubiera firmado la novena plaza antes de competir»

A sus 28 años quiere superarse día a día. La jerezana Mercedes Chilla se coló en la final de la prueba de jabalina en Pekín y consiguió el pasado jueves un meritorio noveno puesto que le sabe a gloria. Ayer, Pilar Sánchez, alcaldesa de Jerez, felicitó a la atleta «por seguir haciendo historia para el deporte español y ser todo un referente de superación para los deportistas de base», un referente que atendió ayer a LA VOZ vía correo electrónico después de haber pasado por todos los agobios correspondientes a una cita como la que se está celebrando en la capital china.

-¿Qué balance hace de su participación en estos Juegos Olímpicos?

-Muy positivo todo. No ha sido redondo, pero creo que al cumplirse el objetivo principal del año exigir mas era poner guindas. Estoy contenta, aunque al salir de la pista estuviera un poco mosca... Normal, ¿no?

-¿Fue una sorpresa colarse en una final tan disputada?

-No fue sorpresa. Tal y como estaba entrenando era muy posible. Pero las calificaciones son impredecibles, se ha demostrado este año más que nunca con los ejemplos de Naide Gomes en la longitud, Kallur en las vallas. Pero está claro que el hecho de pasar fue motivo de mucha alegría.

-Tras el lanzamiento último de los clasificatorias, ¿creyó que podía dar más de si misma en la final?

-Sí, siempre te quedas con ese mal regustillo, pero tal y como estuvieron las condiciones, hice lo que pude. Tuve muchos problemas con la carrera y cada una de ellas estaba dándome de una forma. En una me metí demasiado, en la siguiente lejos y la ultima, peor aún. La pista era muy rápida y la lluvia lo alteró todo. Aún así, me entorpeció a mí por esos problemas que tuve, ya que vimos una de las mejores finales de los campeonatos del mundo y de las Olimpiadas.

-¿Ser novena del mundo en unas Olimpiadas se puede entender como un fracaso?

-¿De verdad me haces esa pregunta? ¿Alguien puede llamar un fracaso a quedar novena en unas Olimpiadas? Creo que es un gran éxito. El año olímpico es muy difícil porque la gente lo prepara a conciencia. Creo que hemos llegado en buen momento de forma y que la final no haya salido todo lo bien que nos hubiera gustado es un aspecto más de la competición. Un noveno puesto lo hubiera firmado antes de competir.

-Pero seguro que cuando lanzó y se quedó corta se tuvo que morder la lengua

-Me quedé con sensación de rabia porque vi lo lejos que me había quedado de la raya de nulo. Eso hubiera podido significar ese octavo puesto, pero esos problemas con la carrera no me dejaron lanzar a gusto.

-¿Como está siendo la convivencia en la Villa Olímpica?

-La convivencia es muy buena. Estamos en un bloque muy distraído porque está en el paso hacia el comedor. Estamos siete chicas en el piso y comparto habitación con las otras dos lanzadoras, Berta Castells e Irache Quintanal. El resto son las saltadoras. Nos llevamos bien, pero a medida que pasan los días, cada vez parece mas una leonera (risas). La comida está bastante mejor de lo que esperábamos y el clima se deja hacer, a pesar de los chaparrones que caen curiosamente cada tres días, seguidos de un sol abrasador y después de una humedad que ahoga.

-¿Y con las restricciones del gobierno chino?

-No estamos notando demasiado esas restricciones que a priori se olían. Pero es un país diferente y una cultura totalmente distinta y eso se nota.

-¿Qué recibimiento cree que puede tener a su vuelta a Jerez el próximo domingo?

-Espero que venga mi familia y amigos. Si alguien más se anima, por mí fantástico. Me verán con la cara de «llevo 20 horas metida en un avión», pero no pasa nada.

-Ya para acabar, ¿qué es lo que tiene ahora mercedes chilla en la cabeza?

-Ahora me quedan algunos meetings, quizás Lausanna, que estamos a la espera de que el organizador nos avise y seguro Jablonec, una exhibición que se hace en el pueblo natal de Barbora Spotakova. Si hubiera suerte, quizás la final del Grand Prix, ya se vera. De momento, los entrenamientos se van a quedar un poco a parte mientras estoy todavía aquí. Al volver mantendremos un poco la forma hasta septiembre y luego vacaciones, a desconectar un poco.