RESTOS. Bomberos y miembros de la Guardia Civil inspeccionan el lugar del accidente en el que se estrelló el avión de Spanair. / EFE
ESPAÑA

Aviación Civil descarta el error humano como causa del accidente de Barajas

Los técnicos minimizan el despegue abortado y sospechan que la explosión de un motor dañó el timón y dejó la nave sin control

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Las primeras investigaciones de Aviación Civil descartan que el accidente en el que murieron 153 personas en el aeropuerto de Barajas se debiese a un error humano. A la vista de las pruebas examinadas, la comisión que trata de esclarecer la tragedia cree que la causa de que el avión de Spanair, se estrellase cuando iniciaba el despegue no se debió a fallos del piloto, un comandante muy experimentado, o de sus ayudantes.

Las indagaciones previas se inclinan también por minimizar el fallo en los sensores de temperatura exterior del aparato que motivaron que el piloto abortase sobre las 13.20 horas el despegue y dirigiese el avión al punto de partida para que fuese revisado. Es más, demuestra que el comandante fue muy escrupuloso al pedir el examen porque ese fallo no es muy grave y podría haber volado con el chivato averiado.

Los expertos coinciden en que el detonante del siniestro fue un problema en el motor izquierdo del MD-82, un avión de 15 años que tiene las turbinas no en las alas, como otros diseños, sino una a cada lado de la cola.

Los técnicos no tienen aún datos sobre el origen de los problemas en ese motor, pero apuntan a que pudo sufrir un estallido o gran rotura, que provocó que múltiples piezas saliesen propulsadas hacia la cola como misiles. Estos fragmentos habrían bloqueado o inutilizado el timón y podrían haber afectado al funcionamiento del otro motor.

Esta teoría explicaría por qué el avión agotó la pista y, nada más elevar el morro y despegarse unos metros del suelo, perdió el control, se ladeó a la derecha, y se estrelló.

El resto de la tragedia es conocida: la panza cayó al suelo, se partió y las más de una decena de toneladas de queroseno de los depósitos crearon un infierno. El resultado fue que, salvo un puñado, los pasajeros que no fallecieron en el choque murieron abrasados.

Éstas son sólo las primeras hipótesis con las que comenzó a funcionar ayer la comisión que tratará de esclarecer los hechos, las causas y los responsables. El grupo lo forman los siete expertos designados por Aviación Civil, y miembros de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, representantes de la constructora del avión, y técnicos de las autoridades aeronáuticas de Estados Unidos.

Sus primeras conclusiones tardarán en conocerse meses y su informe final puede demorarse más de un año. Las conclusiones serán la base de la investigación penal que dirige el Juzgado de Instrucción 11 de Madrid.

Los expertos ya han comenzado a estudiar las cajas negras, una deteriorada, que tienen grabados todos los parámetros e incidencias del vuelo y el diálogo de la cabina.

Este comité maneja también una grabación del despegue del avión, y ha comenzado a tomar declaración a los implicados en el accidente, como el jefe de bomberos que auxilió a las víctimas. Tomarán decenas de declaraciones, estudiarán montañas de documentación y analizarán los restos del aparato, entre otras diligencias.

Exhaustiva y rigurosa

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ayer a que la investigación llegue al fondo de las causas del mayor accidente aéreo de los últimos 25 años en España. «Investigación exhaustiva, rigurosa y total», dijo Rodríguez Zapatero.

Mientras la investigación echaba a andar en la pista L36 de Barajas, los bomberos revisaron de nuevo metro a metro la zona del siniestro en busca de los cadáveres de los dos únicos desaparecidos del pasaje. Los localizaron sobre las 13.00 horas. Eran un bebé y un adulto.