ESTIRPE GANADORA. Mark López celebra el pase a la final. / AFP
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El ataque de los López

La familia tejana que lidera el taekwondo en los Estados Unidos comienza su cosecha en Pekín

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En Estados Unidos, el taekwondo es cosa de los López, una de las muchas familias chicanas que viven en el pueblo de Sugar Land, Texas, un enclave de aluvión levantado sobre una antigua plantación de azúcar del condado de Fort Bend, en las tierras del Golfo. Hace casi veinte años, el hijo mayor de una pareja de emigrantes mexicanos, Jean, comenzó a practicar el taekwondo y contagió la afición al resto de sus hermanos. Primero a Steven y luego a los más pequeños, Mark y Diana. Desatada la competencia y activado el afán de emulación, los López acabaron programando sus vidas alrededor del taekwondo.

Tanto es así que decidieron habilitar un pequeño gimnasio en el garaje de su casa. No es que fuera un lugar muy apropiado. Estaba lleno de trastos viejos y su madre tenía allí la lavadora y la secadora, pero al menos les permitía practicar todo el tiempo que quisieran. Y empezaron a hacerlo de una forma obsesiva. Se levantaban a las cinco de la mañana y se ejercitaban durante dos horas antes de ir a la escuela. Por la tarde, al regreso, volvían a entrenar un par de horas y no se iban a la cama sin otro rato de pelea. Durante los días más fríos del invierno, el garaje era una nevera y su madre, preocupada, programaba las coladas de forma que coincidieran con los entrenamientos de sus hijos. A falta de calefacción, una lavadora en funcionamiento puede ser una buena ayuda.

Campeones del mundo

Tanta dedicación ha dado unos frutos extraordinarios. Ni más ni menos que tres hermanos compitiendo a la vez en unos mismos Juegos Olímpicos, algo que está ocurriendo en Pekín y no sucedía desde que los gimnastas Edward, Richard y William Tritschler participaron en los de Sant Louis, hace 104 años. Teniendo en cuenta las draconianas normas de clasificación para los Juegos que existen en el taekwondo -cada país sólo puede mandar un máximo de cuatro luchadores, dos hombres y dos mujeres-, la hazaña de los López es espectacular. Junto a la guapa Charlotte Craig, ellos son todo el equipo de Estados Unidos. En el mundillo del taekwondo, sin embargo, el logro de estos chicanos no ha sorprendido. Mayor sorpresa fue que Steven, Mark y Diana se proclamaran a la vez campeones del mundo en Madrid. Eso sí que no tiene parangón en ningún otro deporte.

Steven fue el primero en destacar y, a sus 30 años, es la gran figura de la familia. Un auténtico crack. Siempre atento a los consejos de su hermano Jean, que ha acabado siendo el entrenador del clan y dirigiendo en Sugar Land un centro de alto rendimiento para taekwondistas, Steven tuvo una progresión imparable. Primero fue el mejor del condado, luego de Texas, más tarde de Estados Unidos y, por último, del mundo. En los Juegos de Sydney, los primeros en los que el taekwondo adquirió rango olímpico, obtuvo la medalla de oro en la categoría de entre 58 y 68 kilos. Cuatro años después, en Atenas, se coronó de nuevo, esta vez en un peso superior, entre 68 y 80. Si hoy en Pekín vuelve a conquistar la medalla de oro, hará historia: se convertirá en el primer deportista de un arte marcial en ser tres veces campeón olímpico.