Julián Muñoz. / LA VOZ
Gente

Marinero de sombras

Un ex recluso, compañero del ex alcalde de Marbella, desvela las fantasías de Julián Muñoz para fugarse de España por mar a lo 'Papillon'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En plena desbandada agosteña, llega la noticia de que Julián Muñoz también fantaseaba con su propia Operación Salida... (de la cárcel). Lo ha contado un ex presidiario que compartió muchas horas de patio con él. Y que, supongo, ofrece tanta credibilidad como Muñoz cuando le preguntan dónde está el dinero.

Cuenta este buen señor que Muñoz soñaba al principio con hacerse a la mar en una humilde barquita en dirección a Marruecos... ¿Un español viajando clandestinamente a África en busca de un futuro? ¿Esto sí que es nuevo! No quiero ni imaginar los ojos de incredulidad de los pobres subsaharianos que se hubieran podido cruzar con él desde una patera. Seguro que habrían pensado que se trataba de una alucinación, producto de la insolación y el mareo. Y ya estoy viendo a Muñoz sonriéndoles con todo el bigote... «Dad la vuelta, muchachoooos, que llegáis tarde al repartoooo. Que allí ya no queda nadaaaa».

Pero como en toda fuga que se precie, nuestro hombre tenía también un plan B. Este consistía en zarpar con un discreto velerito y, chino-chano-chino-chano, desembarcar de la misma en la República Dominicana (Por las barbas de Neptuno... ¿ni Papillon!). Ya me parece estar oyendo cantar a la Pantoja una de sus canciones con mensaje: «Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía...» ¿Muñoz, Marinero de Luces? De muy pocas luces, diría yo, porque ese plan, de ser cierto, habría tenido menos posibilidad de triunfo que el Chiqui-Chiqui en Eurovisión. No sé, pero a alguien que fue alcalde de Marbella, y presuntamente hizo negocio con ello, le creo más inteligente... Además, para estos odiséicos periplos se precisa, cuando menos, de un grumete. Y a Paquirrín, francamente, con estar hecho un brazo de mar, no le veo yo muchas ganas de embarcarse. Bastante tiene ya con pescar en las aguas turbulentas de sus noches de blanco satén.