CRÍTICA

Palmas por bulerías para Al-Kalat

El Patio de la Sagrada Familia de Alcalá de los Gazules acogió el martes la Gala Flamenca que inauguraba el IV Festival Al-Kalat, una atractiva propuesta se consolida como una de las citas mas interesantes del verano en la provincia. Lo hacían el bailaor Joaquín Grilo y el cantaor Miguel Poveda, un cartel que bien pudiera protagonizar la noche estelar de cualquiera de la principales citas internacionales del arte flamenco y que convocaron a numeroso público.

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El jerezano Joaquín Grilo ofreció en formato reducido algunas de las piezas de su ultimo espectáculo Leyenda personal, una búsqueda del camino recorrido desde su infancia que le ha llevado a convertirse en una de las principales figuras del baile flamenco. Acompañado en el cante por Carmen Grilo y José Valencia, la guitarra de Juan Requena y la percusión de Paquito González, bailó por bulerías, cantiñas y de nuevo bulerías mostrando su brillante dominio de los fundamentos esenciales del baile, así como cierta rebeldía para introducir nuevos conceptos escénicos. Con el publico en pie y palmas por bulerías regaló el cante con pataita incluida de José Valencia para cerrar su actuación bailando al cante de su hermana.

A continuación Miguel Poveda, flamante Castillete de Oro del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, máxima distinción del festival que le fue impuesta el domingo, desarrolló un completísimo recital donde, arropado por el toque de Juan Gómez Chicuelo, las palmas de Luis Cantarote y Carlos Grilo, y la percusión de nuevo de Paquito González, interpretó el Pregón del Uvero que popularizara Manolo Caracol, alegrías y cantiñas rematadas con bulerías de Cádiz, malagueña con cierre abandolado, soléa apolá en recuerdo de Charamusco siguiendo a Antonio Mairena y un medley coplero que bajo el titulo La radio de mi madre plasmó en su ultimo disco y que recoge fragmentos de letras tan populares como Maria de O, La Bien Pagá, Ojos Verdes o el celebradísimo Alfileres de colores. Con el público de nuevo en pie y más palmas por bulerías, el badalonés se quedó en solitario junto a su inseparable paisano en la guitarra, para abordar una serie de cantes de Levante en recuerdo de la tierra que también le impulsara hace ahora quince años con la obtención de la prestigiosa Lámpara Minera. De nuevo con el grupo sobre el escenario, completó su actuación con tientos-tangos y una larga serie de bulerías de Jerez y Utrera que pusieron la guinda a un inmejorable prologo flamenco para el festival.