LA AUTORIDAD El jefe del equipo de veterinarios, Antonio Ruiz; el presidente de la corrida, Rafael Sestelo y su asesor taurino, Antonio González Sabio se conjuran para que todo salga bien. / F. A.
Toros

El ruedo de Babel

México, Sudáfrica, Francia, Estados Unidos... El mano a mano de hoy entre José Tomás y Morante llenará los tendidos de El Puerto con un rosario de pasaportes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un doble de Hemingway -agente inmobiliario nacido en Iowa- recuerda la primera corrida de toros que vio en Tijuana y se apura la cerveza con su amigo, un estanquero de La Garrucha, en Almería. Más allá, un matrimonio de París -él auditor, ella profesora en la Sorbona- anuncia la llegada de sus cuarenta amigos franceses. Llegan a El Puerto de mundos distintos pero hablan el mismo idioma, el de la posibilidad del arte en el enfrentamiento del hombre con la muerte. Estos son los inquilinos de la Babel del toreo en que se ha convertido la ciudad en vísperas del mano a mano entre José Tomás y Morante de la Puebla, que comienza hoy a las siete, el día D y la hora H de la corrida del siglo. O, al menos, del cartel. Su lenguaje sonaba ayer en una ciudad atestada de gente, sin una habitación libre y con unos bares en los que había dosis extra de ruido, vasos y abrazos.

Quizás porque el lector se acaba pareciendo al escritor, Ric Polansky tiene más que un aire a Ernest Hemingway. Con él supo de las la fiesta de los toros y con 15 años fue a ver una corrida en México. «Luego me pilló la polémica de lo de Vietnam y me vine a España porque allí no se podía vivir», dice. Desde entonces, no se pierde una. Además hace fotografías sobre toros. «El mejor para hacerle una foto es Morante», pero reconoce que los aficionados van a los toros «porque existe la posibilidad de la muerte -aunque no la quieran- y el que mejor concreta ese sentimiento es José Tomás». Polansky admite que es «imposible» que en su país comprendan el toreo, aunque «todos» saben quién es José Tomás, al que siguen los principales periódicos. «Saben poco, claro. Piensan que es solitario, valiente, misterioso y que ha llenado de nuevo los tendidos. Nada más».

En la comunidad de vecinos del manicomio de la tauromaquia se hacen extraños amigos. El norteamericano ríe a carcajadas con su compañero de tendido, Marcos Martínez de Haro, estanquero de Garrucha (Almería) y aficionado clásico que se declara abiertamente Morantista. Y no se pierde una de José Tomás. «Ví sus últimas 42 corridas antes de la retirada, y todas las de después de la reaparición», confiesa.

En la puerta de la plaza, las conversaciones son más impersonales y se habla con la mueca típica del reventa: «quinientos por dos tendidos de sombra», susurra alguien a cuatro metros de una patrulla de la Policía Nacional. No es mucho, teniendo en cuenta la altura del cartel y de prevé que esta tarde puede haber papel a su precio.

El palco de hoy

En la tienda Gourmet de la calle Valdés se siente otro tipo de tensión. Allí está uno de los hombres de la tarde de hoy. Es Rafael Sestelo, el presidente de la corrida, que conjura los últimos detalles del festejo con Antonio Ruiz, el que será su asesor veterinario y Antonio González Sabio, el asesor taurino. Sestelo no recuerda una expectación similar en treinta años de toros en El Puerto en todos los ámbitos: «taurino, social y económico». Tampoco le tiemblan las piernas por el compromiso: «lo único que me preocupa es que los toros salgan bien presentados, como se merece la plaza de El Puerto». Tal vez el máximo representante de la autoridad tenga que enfrentarse a cuestiones espinosas. En los corrillos se dice que Morante piensa torear un toro solamente con el capote y saltarse la muleta, un hecho no contemplado en el Reglamento Andaluz y que, de darse, tendrá que permitirse o no desde el palco presidencial.

Antonio Ruiz comparte preocupaciones con el presidente. Es el jefe del equipo de veterinarios y de momento no puede pronunciarse sobre la presentación de los toros, ya que la empresa se ha negado a que los profesionales señalase la corrida de Núñez del Cuvillo en el campo. No los reconocerán hasta esta mañana a las 12 y si sus informes son negativos, «la cosa se pondrá muy complicada para encontrar otros toros».

El tercero del palco de hoy será Antonio González Sabio, que ejercerá de asesor taurino del presidente. El matador de toros retirado conoce bien a los dos toreros del día, y admite proponer algunos detalles que el público no debe perderse. «Que se fijen en las zapatillas de José Tomás, que no se mueven, en cómo torea con la mano izquierda». De Morante, no hay que perderse «su estética, la manera en que compone la figura, cómo maneja los trastos y su sentimiento, que ni se compra ni se vende, sino que se nace con él».

Abono para una corrida

Los pasaportes de los tendidos de esta tarde serán un rosario de nacionalidades. Llegan gentes desde Sudáfrica, Australia, Bilbao y México, desde donde se han fletado vuelos charter para llegar al evento.

Patrick Guillaume y Araceli Alonso Álvarez son parte del Naciones Unidas de la tauromaquia que han aterrizado en la provincia. Él es auditor de cuentas y vicepresidente del Club Taurino de París, que se creó en 1947 con fundadores tan insignes como Pablo Picasso. Y no viene solo. «Cuarenta amigos han comprado el Abono Real para ver solamente la de hoy (por ayer) y el mano a mano y muchos de ellos, el abono entero», explica. Sus cinco nietos en edad de ver toros estarán esta tarde en la plaza y su hija mayor ha comprado un abono de siete corridas para no perderse la cita de hoy. Su esposa, Araceli Alonso, bilbaína y profesora de Filología Hispánica en la Sorbona asegura que la corrida lo merece. «Tenemos una ilusión desmedida. Hoy en día no puede haber un cartel mejor. Pero si es la corrida del siglo, se verá mañana».

apaolaza@lavozdigital.es