La hora de la confirmación

Javi Acuña aterrizó en Cádiz el 15 de febrero de 2005, un día en el que se hablaba de galácticos, de Messi y de Agüero. Un trienio después, la gran esperanza del cadismo se ha quedado en la primera piedra del camino. La idea del club gaditano es que triunfase en Primera, pero tendrá que comenzar su nueva senda en el pozo del fútbol nacional. Reúne las condiciones innatas para ser un buen futbolista (velocidad, potencia y salto), pero debe abandonar su estilo anárquico y afinar la puntería para dar salida a esa promesa que triunfo en el Sudamericano.

El guaraní es plenamente consciente de que esta temporada llegará la hora de su confirmación. «Sí, sí, claro que sí. Pero para poder dar el salto uno necesita jugar y coger confianza. Espero tenerla este año y demostrar lo que puedo dar», comenta el jugador. Anda disgustado porque en Salamanca disfrutó de una buena arrancada pero la lesión de cuádriceps frenó su progresión y apenas jugó en las últimas jornadas.

Peleará por un hueco en el titular si bien asegura que «no sería una decepción si fuera suplente. Uno trabaja para estar en el once, pero nadie lo tiene asegurado desde el principio».

Acuña declara que ahora es «una persona más madura, que va cogiendo ritmo y necesita partidos. Me queda mucho, sobre todo aprender a moverme sobre el campo, mirando a futbolistas que están a otro nivel». Le vendrá bien Javi Gracia, «un entrenador perfecto. Es muy humilde», destaca el delantero, al que le gusta jugar con un «compañero que luche» a su lado.

En los partidos de preparación, el técnico lo ha colocado en varias ocasiones pegado a la banda derecha. «Al principio me sentía un poco perdido, pero me voy encontrando bien». Apenas hay goles, «pero seguro que llegarán en los próximos días». MÁS INFORMACIÓN EN www.lavozdigital.es