CRISTÓBAL
FRANCISCO DOÑA ENTRENADOR DE TENIS 5 MINUTOS CON...

«Para ser buen jugador hace falta espíritu de sacrifico y entrega »

Este entrenador es director de la Escuela de Tenis del Club Nazaret y confiesa que es un trabajo «sacrificado» pero con muchas alegrías

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

-¿Cuántos años lleva como entrenador de tenis?

-Llevo 25 años de entrenador. A nivel de jugador empezé con diecisiete años y como entrenador he estado en varios sitios.

-¿Está en algún club de tenis?

-Actualmente soy director de la Escuela de Tenis del Club Nazaret y es mi novena temporada. Hay unos doscientos setenta alumnos entre adultos y jóvenes y coordino un grupo de trabajo de 7 u 8 entrenadores.

-¿Cuánto tiempo le dedica a la semana a practicar este deporte?

-La verdad es que es un trabajo bastante absorbente porque hay que organizar torneos, campeonatos etc. Prácticamente me lleva todo el día. Es algo sacrificado pero con muchas alegrías. Prácticamente juego muy poco porque este trabajo absorbe mucho tiempo.

-Tiene que ser bonito enseñar a los chavales y ver cómo evolucionan en el tenis.

-Es un trabajo duro. La gente lo suele ver como algo idela de estar todo el día al aire libre pero es duro. Te llevas alegrías pero también decepciones. Trabajo con chavales y te encariñas con ellos, pero también hay que echarles broncas.

-¿Le transmite el tenis algún sentimiento especial?

-El tenis es un deporte muy individual. Partiendo de eso te puedes encontrar muchos aspectos interesantes para hacer a las personas: espíritu de sacrificio, entrega, el afán de superación etc. Son cosas que les sirven a los chavales para su vida posterior y ya digo que para ser buen jugador hace falta espíritu de sacrificio y entrega.

-¿Qué es lo que más le cuesta en su trabajo como entrenador?

-Realmente, lo que más me cuesta, después de tanto tiempo, es separar el aspecto de ver evolucionar a los chavales y exigirles como entrenador. Como dije antes, uno tiene que echar broncas cuando te encariñas con ellos. Pero hay veces en que hay que ser duro y eso duele un poco. Es difícil ser amigo y entrenador al mismo tiempo porque cuesta reñirles.