RESPONSABILIDAD. Fran Cortés conduce uno de los ataques de los amarillos ante el Puerto Real ayer. / FRANCIS JIMÉNEZ
Cádiz C.F.

Progresa adecuadamente

El Cádiz se lleva el Trofeo Villa de Puerto Real tras completar un aceptable partido y detener Kiko Casilla, en su debut con la elástica amarilla, dos penaltis

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Los experimentos van quedando a un lado. Javi Gracia va esculpiendo el primer armazón con los materiales que emponzoñaron la plata y la cambiaron por el bronce. El hormigón no lleva demasiada mezcla, tan sólo eran unos pequeños ajustes al bloque del pasado. Casilla, Fragoso y Juanma son las tres únicas caras nuevas que se dejaron ver de inicio en Puerto Real, junto a las seminovedades de Manu Barreiro y Fran Cortés.

La sensación primera es buena pues el orden viene con el conocimiento, y estos chicos llevan mucho tiempo juntos. El trío de fichajes fue el único que aguantó todo el partido sobre el campo.

La mejoría con respecto a Conil sería evidente por la seriedad con la que el técnico planteaba el encuentro. El equipo amarillo no fue capaz de ganar durante el tiempo reglamentario pero es cierto que la superioridad fue apabullante sobre un Puerto Real que ya no es tan inferior, pues sólo lo separa una categoría.

También el equipo gaditano cumplió en todas sus líneas pero se sigue ahogando en aquellas lagunas que ya se avistan desde el principio y que están en la parte alta del equipo.

El Cádiz tiene portero (Casilla fue el artífice del triunfo en los penaltis y con una soberbia parada). En defensa continúan los desajustes propios de estas alturas de pretemporada pero la zaga progresa y por primera vez fue capaz de dejar la portería a cero. El centro del campo trata de recuperar a un hombre que despista a cualquiera, pues Parri está trayendo al equipo lo más destacado de estas primeras semanas. La mano de Gracia comienza a verse en la estrategia. El grupo presiona como un bloque, muy arriba para robar el balón en la mejor zona posible y cuando lo tiene no lo desprecia sino que intenta darle sentido. Pero arriba, el Cádiz sigue sigue sin dar con la tecla. Peguero tendrá que afinar para fichar a ese delantero que marque la diferencia. Lástima que las prometedoras condiciones de Acuña aún no se hayan convertido en realidad. El paraguayo gozó de las mejores ocasiones pero le falta la tranquilidad para quitarse la venda de los ojos.

Este Cádiz progresa adecuadamente con una actuación, por momentos, superior a la de otras pretemporadas y eso que ya la diferencia no es tan grande. Y sobre todo, parece tener margen de mejora a la espera de que los nuevos comiencen a sentirse cómodos con la pesada camiseta amarilla.

El Trofeo es una anécdota pero las sensaciones ya no son tan negativas como las de Arcos y Conil. En este mundo tan cambiante, todos están a prueba en cada partido y hoy llega otro con un rival para tratar de igual a igual. Ya no hay grandes ni pequeños.