Viaje de campaña

a gira que Barack Obama inició con una visita a Afganistán, y que continuará por Irak, Jordania, Israel, Alemania, Francia y Reino Unido constituye una iniciativa de campaña que pondrá al candidato demócrata a la Casa Blanca en contacto con la vertiente más crítica de la política exterior norteamericana por un lado y con sus aliados europeos por el otro. Las fricciones que la realización del viaje ha suscitado entre McCain y Obama no parecen capaces de enturbiar el debate de fondo sobre el futuro de la intervención de EE.UU. en lugares como Afganistán e Irak. Pero la gran proyección mediática que se espera de la presencia de Obama en dichos países y en Israel, en el tramo final del mandato de Bush, introducirá sin duda un factor nuevo en la percepción que los norteamericanos tienen de dichos conflictos y del papel de sus tropas y de su diplomacia en ellos.