El FIT 2008 rendirá tributo a La Zaranda por sus 30 años de tablas

Paco de La Zaranda siempre dice que la compañía jerezana nació durante «un periodo de trance», a finales de los 70. El teatro español se movía entonces -con honrosas excepciones- entre las fórmulas puramente comerciales, que repetían sus patrones estereotipados y efímeros, y las falsas vanguardias, que utilizaban la coartada de la modernidad para vender pastiches metafísicos sin la más mínima intención de comunicar nada. La Zaranda se enfrentó, con su vocación de rebeldía, al academicismo vacío, a la «creación en conserva» y al costumbrismo ramplón. Tres décadas después, sus principios siguen vigentes y su batalla también. Ellos «han cambiado tanto», que siguen «siendo los mismos».

El Festival Iberoamericano de Teatro premiará en su edición 2008, con el Atahualpa del Cioppo, la permanente voluntad de exploración de la memoria y la búsqueda de un lenguaje propio que ha convertido a La Zaranda en los dueños de un estilo único.

El Patronato del FIT ha decidido reconocer así, tras su reunión de ayer, a un colectivo «que siempre ha llevado a gala haber sido un grupo que emprendió su vuelo en el Festival, y se han convertido en sus mejores embajadores en todo el mundo». También han destacado «su fuerte compromiso existencial y la fidelidad a sus raíces tradicionales, apostando por el expresionismo visual, la depuración de textos, la creación de personajes y las situaciones límites».

El veterano ensayista, crítico y director de escena José Monleón y la revista Primer Acto recibirán, por otra parte, el homenaje del Festival, según acordaron los responsables del Patronato. El que fuera director del Festival de Teatro Clásico de Mérida de 1984 a 1989 y fundador del Festival Sur de Madrid recibió el Nacional en 2004, mientras que la publicación fundada en 1957 «se ha caracterizado siempre por defender la reflexión crítica sobre la escena». «Con más de 307 números publicados y un consejo de redacción que presume de la renovación permanente, Primer Acto constituye un documento insustituible para el seguimiento de las grandes líneas de nuestro teatro».

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