Italia hace autocrítica

Salvo raras ocasiones, Italia nunca juega de forma impecable y lo que cuenta son los resultados. De haber ganado ayer en los penaltis, se hablaría de una nueva victoría mítica, forjada con capacidad de sufrimiento ante un rival muy difícil. Pero el resultado pone las cosas en su sitio y la prensa italiana no buscaba ayer excusas. Italia ganó el Mundial en los penaltis y por la misma razón la derrota de ayer lo era en toda regla. La principal consecuencia es que Donadoni está prácticamente en la calle, como se barrunta desde hace meses, y se da por hecho el regreso de Marcello Lippi. El objetivo mínimo era la semifinal.

Las críticas apuntan a la falta de gol de Toni, igual que al hecho de que jugara tan solo, al juego demasiado timorato y a las ocasiones creadas sólo a golpe de improvisación. Cassano no hizo milagros, Perrotta y Aquilani decepcionaron en el medio del campo, donde es unánime el hacer notar el peso de la ausencia de Pirlo. El mejor hombre, para todos, fue el defensa Chiellini, que controló muy bien a Villa y Torres. En cuanto a Donadoni se le acusa de no haber sacado antes a Del Piero y Di Natale, y también de haber errado la lista de la tanda de penaltis. De Rossi estaba tocado físicamente, Di Natale no es precisamente un experto y Del Piero, el mejor en ese lance, era el último de la lista: no llegó a tirar.

Méritos de España

El analista de 'La Repubblica', Gianni Mura, escribió que «España ha hecho más para ganar y el mérito de Italia, dicho sin ironía, es haberle obligado a jugar 120 minutos por debajo de su nivel» (...) «Cuando en cuatro partidos tu delantero no mete ni un gol no hay mucho que decir. No se hizo más que una vigorosa oposición, construyendo poquísimo». Mario Sconcerti, en el 'Corriere della Sera', opinaba que «Italia no estuvo, no arrancaba nunca, era todo ocasional, muy confuso. (...) Esperamos que llegara el cambio más por cultura que por síntomas, pero no era la Italia del sufrimiento, sino la de la normalidad, de una mediocridad ligera y difusa».

Sobre el papel de España, el mejor en las 'cartillas de notas' habituales en la prensa italiana es Casillas. Después, Senna, que en Italia ha causado mucha impresión, pues es el tipo de jugador rocoso, preciso y táctico que valora el fútbol italiano. 'La Gazzetta dello Sport' le da un ocho, la máxima calificación de la selección. La defensa, otra obsesión nacional, también ha sido muy apreciada, pese a las críticas previas. Del resto, el jugador que más ha gustado en Italia, en todo el torneo, es Fábregas.