DIFERENCIAS. La actual plantilla (i) muestra su pesadumbre por la situación, mientras que la del 2005 afrontó con ilusión y bromas su cita histórica. / FRANCIS JIMÉNEZ
Cádiz C.F.

El camino hacia la salvación

Tranquilidad, confianza e intensidad, claves de los héroes de Chapín para ganar en Alicante Oli, Varela y Suárez recomiendan tener la cabeza fría pero el corazón muy caliente

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Día 18 de junio de 2005. Oli, Varela y Roberto Suárez, integrantes del mítico once de Chapín, reposan en sus casas. Desayunan con la familia, se embullen en la rutina y rezuman tranquilidad, la primera clave. Se juegan el ascenso en la última jornada y en campo del eterno rival, pero son el equipo más goleador, el menos goleado y dependen de sí mismos. «Somos mejores que el Xerez». Esa confianza es la segunda clave.

Ni se concentran. Llegan al campo dos horas antes del duelo, y parece un día normal. Víctor Espárrago no se sale del guión, no es proclive a la improvisación, pide a los futbolistas que jueguen como ellos saben. Y nada más pisar el terreno de juego, los amarillos muestran a su rival que su carrera está en juego. Última clave, intensidad. No de boquilla y de cara a la prensa, sino demostrándolo desde el primer minuto.

Esta es la receta para afrontar «el partido más importante de los últimos años, más que el de Chapín, porque está en juego todo el trabajo hecho desde que se ascendió a Segunda», como señala Bezares. Tranquilidad, confianza e intensidad. Lo demás son variables del fútbol, pero que dependen en gran medida de la puesta en práctica de estos tres factores.

Tres de los héroes de Jerez resaltan primero las diferencias entre ambos choques, pues las dinámicas son antagónicas y la responsabilidad es ahora mayor. Pero aún así, estos consejos siguen siendo válidos.

Descanso

Mantener la cabeza fría es fundamental. Desconectar después de los entrenamientos, «no darle demasiadas vueltas al coco» como dice Oli, y mantener la rutina diaria. La presión del duelo no debe afectar antes del encuentro, y es el momento perfecto para que los futbolistas se refugien en su familia y en las aficiones que le hagan olvidarse del fútbol. Víctor Espárrago ni siquiera concentró a los suyos, que comieron cada uno en sus casas.

Lo más difícil, ahora mismo es mantener la confianza. En uno mismo, en el equipo, en los compañeros y en el entrenador. Se observa claramente que algúnos futbolistas ya temen echarle el balón al que está al lado, o desoyen las órdenes del técnico. Roberto Suárez exige que «no haya dudas. Parece que es imposible ganar, pero a un partido siempre es posible vencer. En una acción de estrategia, en una jugada aislada, en un rechace,... y si están fuertes en defensa como en las dos últimas fechas, es posible la victoria».

Para el final, la mayor carencia del conjunto gaditano. Hay que meterle intensidad al encuentro desde el primer minuto, «hacerles ver a los rivales que nos jugamos la vida. Incluso hablarlo y decírselo. Ellos están casi de vacaciones y no se pueden andar con tonterías porque nosotros vamos a jugarnos la pierna». Ven que los futbolistas de la actual plantilla sí hablan de intensidad en la prensa pero después bajan muchos enteros en el campo, lo que sucedió ante el Sevilla Atlético.

Por último, está la afición, que acudirá en masa a Alicante al igual que siguió a los amarillos en su cita con la historia en Chapín. Los tres ex cadistas elogian a la hinchada amarilla y no creen que sea perjudicial, que meta más presión. «La presión está en la cabeza del futbolista, no en la grada», comenta Oli. «Cuando saltamos al campo hace tres años y vimos a todos los seguidores, entendimos que por esta gente hay que hacer todo lo que se pueda». En aquella ocasión fueron 6.000. Este domingo se rozará el millar de aficionados, ya que el desplazamiento es mucho más lejano. Ellos disfrutaron con este equipo mítico. Ahora, estos héroes señalan el camino hacia la salvación. Son tres pasos, sólo tres, pero necesarios para que el Cádiz permanezca un año más en Segunda División.