Sociedad

Una promesa entre bambalinas

LA VOZ acompaña a la gaditana Esther Ruiz de Quintanilla durante los preparativos de su gran debut en South y asiste a la exhibición de talento de Vidal, De Palma y Diz

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La hora se acerca. Las modelos terminan de maquillarse y se aproximan inquietas a enfundarse su vestido. Esther se afana en controlar todos los detalles: zapatos, complementos... Pese al ajetreo que se vive entre bambalinas, asegura mantenerse tranquila. «No es mi primer desfile, los que hacemos en la escuela te dan mucho bagaje», apunta. Esta joven diseñadora gaditana no para de encadenar éxitos. Tras ganar el primer premio en el Certamen Provincial de Moda con su colección inspirada en la medicina tradicional -la misma que presenta en South aunque más completa-, viajó a Madrid en enero para participar en el Ego de Cibeles, uno de los eventos más importantes de la moda nacional, antesala de la pasarela madrileña.

Ahora, Esther Ruiz de Quintanilla debuta en South con trece modelos de su original y sugerente colección. «Quiero que aquí se vea bien la ropa», reconoce.

Sus diseños combinan impresiones de dibujos salidos de los más antiguos libros de anatomía, motivos quirúrgicos, vendas, tijeras...sin olvidar originales complementos como botiquines y goteros rellenos de pintura de vivos colores. «Intento hacer colecciones con trasfondo, para ello he investigado mucho», afirma orgullosa. «Mi intención es que cada prenda tenga una historia». Con esta misma filosofía trabaja en sus nuevos diseños, que podrían estar basados en la historia de Ofelia y su relación con «la locura, el mar y las flores», adelanta esta joven creadora.

Su desfile fue el arranque de la pasarela de jóvenes diseñadores, donde pudieron verse también las obras de Vanesa Suárez, Virginia Freire, Rosa Calderón y Sara Lage.

En cuanto a la iniciativa, Esther se muestra entusiasmada con la evolución de esta cita con la moda en Cádiz. «Poco a poco va yendo a más», aunque «se podían hacer muchas más cosas» en la provincia para promocionar a los jóvenes diseñadores. «Somos muchísimos y podría haber mucho más movimiento». En este sentido, confiesa echar en falta «sitios donde poder exponer tus diseños, lugares a los que acudir para orientarnos...».

Puesta de largo

Llega la hora. Esther corre a dar los últimos retoques a los vestidos. La música empieza a sonar. Una sirena, luego un pegadizo tema de Björk. La carpa está abarrotada de miradas curiosas. Incrédulos y fanáticos seguidores de las tendencias más rompedoras comparten espacio. Con uno de los golpes de la música aparece la primera modelo. Pisando fuerte, una tras una recorren la pasarela con los arriesgados diseños de Esther. Al final, reaparecen todas las maniquíes seguidas de la gran protagonista. El público se deshace en aplausos.

«Ha cogido una temática ajena al mundo del diseño como es la medicina y no ha perdido la elegancia», comenta entusiasmado por la propuesta Pepe Maestre, estudiante de moda. Su amiga, Patricia Cuña corrobora esta opinión y añade: «me ha parecido muy transgresor, además es una vestimenta que se puede llevar a diario». Por otro lado, Inma Ayala reconoce haberse sorprendido por la originalidad de los complementos. En definitiva, un triunfo cosido con ilusión, esfuerzo, tenacidad y mucho trabajo.