No hay billetes

Vienen de Alemania y de momento, de Cádiz han visto poco más que la Catedral («una paseo rápido») y por supuesto, la playa. El matrimonio formado por Roland Gaßner y Sandra Lanchares, más su pequeño hijo Daniel, prefirieron ayer la arena ardiente y la sombra del chiringuito a calentar la suela de los zapatos recorrieron las calles del casco antiguo. No fueron los únicos. Miles de gaditanos llenaban las playas en este primer sábado de la temporada media, que en realidad era como el primer fin de semana veraniego.

Se notó en la gran cantidad de público que se acercó hasta la oficina de turismo de la Playa Victoria, que abrió sus puertas el 1 de junio. Y lo notaron también los hosteleros de la zona, especialmente los de los chiringuitos de la playa, a pesar de que ya el fin de semana anterior muchos hicieron una buena caja.

A pesar de que el Levante amenazaba con saltar desde por la mañana, muchos se lanzaron desde tempranas horas a caminar por la playa con la marea baja. Ya por la tarde, cuando subió la marea, se fue notando mucha más concentración de personas.

Al cierre de esta edición no hubo incidentes importantes. El equipo de salvamento apenas tuvo que intervenir en ocasiones sin importancia, explicó uno de los coordinadores, Mario Bordonado. Una de éstas fue cuando dos jóvenes se alejaron de la orilla nadando, en Cortadura, y la madre de uno de ellos, preocupada, decidió avisar a los socorristas. «Estaban bien, aunque algo cansados», puntualizó Bordonado. Un caso similar ocurrió con una piragüista en La Caleta, que tenía problemas para regresar.

En general, a falta de recapitular al final de la jornada, fue un día tranquilo. Estuvieron funcionando los módulos de playa Victoria, La Caleta, Santa María del Mar y Cortadura. Estos dos últimos ofrecen sus servicios desde el pasado domingo.

A partir del día 16 estarán operativos el resto -Isecotel, Delfines y El Chato- a excepción del módulo de La Gallega-Santibáñez, que empezará a trabajar el 1 de julio.

De momento, el horario de apertura de estos módulos es de 12 a 20 horas. Y ya en la segunda quincena de este mes, comienzan a funcionar una hora antes, a las 11. A partir de julio, se prolonga una hora más con lo que en los meses de temporada alta los módulos funcionarán entre las 11 y las 21 horas de la noche.

Una de las novedades de este año es el servicio de pulseras para localizar a los niños. Se trata de un método para agilizar la búsqueda de los padres cuando un menor se pierde o la de un niño cuando los que dan el aviso son el progenitor. El sistema es sencillo: antes de entrar en la playa se le coloca al pequeño una pulsera de un color (dependiendo de la zona) con un número y se le piden los datos a los padres. No obstante, de momento no han sido muchos los que han solicitado este servicio.

mcaballero@lavozdigital.es