SOBRE TODOS. Imagen de una calle gaditana. / NURIA REINA
Ciudadanos

El récord histórico del Euríbor acaba con las últimas reservas de la renta familiar

La hipoteca media en Cádiz se encarecerá a final de mes en unos 280 euros respecto a 2005 Los gaditanos han firmado más de 165.000 créditos para una casa en los últimos tres años

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A finales de mes ya no quedará ni un sola hucha con forma de cerdito en la provincia de Cádiz. Sus dueños las habrán roto y recolectado unas pocas monedas que muy bien podrían ser la última reserva que les quedaba para afrontar el pago de una hipoteca que cabalga a lomos de un Euríbor en máximos históricos. Hace un par de meses, la letra del piso se comía dos tercios de la economía familiar, según varios estudios de institutos económicos y asociaciones de usuarios; ahora, la economía familiar no sabe a qué recurrir. Especialmente, en una provincia con la peor tasa de ahorro de todo el país, de menos del 8,11%, en el último dato disponible de la Fundación de las Cajas de Ahorros, allá por el final de 2006.

Euríbor. El índice más odiado por los ciudadanos de media Europa (los que dependen del euro como moneda y del Banco Central Europeo como malo de esta película) cerró ayer su cotización diaria en el 5,418%, su plusmarca personal desde que empezara a correr a principios de 1999 y tras engordar más de tres décimas en un solo día. El anterior récord de un dato que se utiliza para el cálculo de la inmensa mayoría de las hipotecas se produjo en agosto de 2000, cuando se situó en el 5,341%. En el caso de que el indicador terminara el mes de junio en este nivel (las revisiones que aplican los bancos parten de la media mensual, cuyo máximo absoluto se dio en aquel agosto de 2000, con un 5,258%), un crédito por valor de 150.000 euros y un plazo de pago de 25 años se encarecería en unos 90 euros al mes y más de 1.000 euros al año.

Ése es el crédito estándar que utilizan todos los simuladores. Para encontrar el modelo gaditano habría que acudir al registro de hipotecas constituidas del Instituto Nacional de Estadística. Al término del primer trimestre, la hipoteca media de Cádiz sería de 177.029 euros, con lo que la revisión que le tocaría con el cierre de mes sería más gravosa. Tanto que si esa hipoteca se hubiera formalizado en junio de 2005, el incremento acumulado de la cuota en apenas tres años sería de 280 euros. Traducido a términos totales: una letra de 550 es hoy un engendro de 830 euros al mes.

No en vano, todos los expertos coinciden en que las familias que pasarán más apuros serán aquellas que firmaron el crédito para su vivienda en 2004 y 2005, ya que suscribieron el préstamo en los mínimos absolutos del Euríbor. Desde entonces, el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, ha dirigido un endurecimiento de la política monetaria que ha duplicado el valor de los tipos de interés del 2% al 4%. Esto se ha traducido en un Euríbor situado ligeramente por encima del 2% en 2005 al actual del 5,4%, ya que el segundo índice recoge teóricamente el nivel al que estarán los tipos dentro de un año, es decir, que ahora sube porque el BCE ha dicho que va a seguir elevando los suyos. Los analistas, que se equivocaron al pensar que el Euríbor no tocaría el 5,4% hasta finales de año, dudan ahora de cuál será su nuevo techo.

Toda una mala noticia que se repite para miles de gaditanos. El INE fija el número de hipotecas que se han firmado en los últimos años. Desde 1998, un total de 336.598 (en ese tiempo se han producido igualmente cancelaciones, aunque el INE no las especifica hasta 2006). Muchos de los que compraron entonces vivieron una época dorada a principios de siglo, cuando se rebajaron sus cuotas debido a las caídas de los tipos, que incluso coquetearon por debajo del 2%. Hasta que terminó el verano de 2005: entonces, el indicador comenzó una implacable escalada que aún no ha terminado.

De ahí que se califique como los peor parados a los que compraron una vez cumplido el primer lustro de la década: en Cádiz, nada menos que 165.000 hipotecas en sólo tres años. A lo largo de ese periodo, el promedio del coste de una hipoteca en la provincia se ha extendido proporcionalmente al coste financiero (y al de la propia carrera inmobiliaria, que no hay que olvidarla tan pronto). Ha pasado, pues, de 117.432 euros de crédito medio en el conjunto de 2005 a los 177.029 a finales de marzo de 2008.

Vaso más que lleno

Para los que han sufrido este recorrido completo podría usarse la valoración lanzada por Jesús Yesa, portavoz de la Federación de Asociaciones de Usuarios (Facua) en la provincia: «La última subida es una gota sobre un vaso que ya estaba a rebosar desde hace mucho tiempo, aunque la hipoteca siempre duele más que otras cosas». No hay que olvidar que las otras cosas son desde una cesta de la compra un 30% más cara de un año a esta parte, a un combustible también un 30% más caro o los últimos anuncios lanzados sobre el incremento del precio de la electricidad (que sumaría casi un 10% de alza sólo a contar desde enero).

«Los gaditanos están desesperados», resume el portavoz de Facua. El de Unión de Consumidores, Miguel Ángel Ruiz, remacha: «Ya no hay margen para nada porque hace tiempo que los ciudadanos dedican dos tercios de su renta familiar a pagar la casa».

El pesimismo entre los representantes de los consumidores está justificado. Facua lleva unas semanas ejerciendo como una particular oficina de mediación entre gaditanos y bancos en lugar de ser una ventanilla de reclamaciones. «Resulta que la gente viene a pedirnos que les ayudemos en la renegociación de sus hipotecas con sus bancos porque nadie quiere ampliarles el plazo de pago o bajar el tipo de interés. No entienden cómo les dieron el préstamo en su día con unas condiciones límites y ahora no acepten también su parte de culpa», explica Yesa.

Otras consultas son más desesperadas «y vienen directamente a preguntarnos cómo salir del embargo en que les han metido los bancos», señala el representante de Facua. La actual Ley Hipotecaria establece en tres meses el momento en que una entidad financiera ya puede denunciar ante el juzgado el impago de una cuota; se abre una ejecución hipotecaria y al cabo de un año se alcanza el embargo.

«Pero ni siquiera los bancos quieren llegar hasta ahí, porque ellos prefieren muchas veces cobrar mes a mes que quedarse con una casa que difícilmente venderán bien en el mercado. Tenemos entendido que los bancos quieren que se reforme la ley y no les obligue a denunciar al cuarto mes», relata Jesús Yesa.

Al final, resulta que víctimas son todos. Algunos, más que otros. Como los atrapados por ese trienio que empezó en 2005. A ellos ni siquiera les quedan la hucha del cerdito por romper.

amedina@lavozdigital.es