Sociedad

Una actividad de riesgo

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unque en España no se han dado accidentes graves, la arqueología subacuática entraña riesgos que han aconsejado a los profesionales extremar las medidas de seguridad. A sólo 12 metros bajo el mar, un problema con el oxígeno o un mareo puntual puede impedir al buceador alcanzar a tiempo la superficie. Por eso, cada equipo de arqueólogos cuenta con una sección denominada Stand By, que se dedica exclusivamente a seguir el rastro de burbujas de los submarinistas, «por si se despistan», y estar al tanto de cualquier incidencia. El equipamiento profesional está dotado de un sistema de boyas hinchables, que permite al profesional en peligro avisar a sus compañeros en cuestión de segundos. Además de un experto conocedor de la historia, el arqueólogo debe moverse por el medio acuático «como un deportista, al menos, aceptable».