DE NUEVO. Piqué ya es otra vez culé. / EFE
FC BARCELONA

Joan Laporta intenta tapar la moción de censura con el fichaje de Gerard Piqué

El Barça vive el tramo de post-temporada bajo una extraña dualidad. Mientras la directiva acumula otro fichaje más para el proyecto de Guardiola, los promotores de la moción de censuran anunciaron que ya disponen del número de avales mínimos exigidos (5.882 firmas) para provocar una votación entre los socios que deberán decidir si apoyan la iniciativa de forma mayoritaria.

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Por partes. La directiva del club azulgrana anunció ayer el regreso a casa de Gerard Piqué con polémica para una parte del barcelonismo que recuerda la huida del jugador que se formó en la cantera del Barça desde 1997 hasta 2004. Aquel verano el central fichaba por el Manchester United al sentirse «tratado como una mercancía», según se podía leer en un comunicado hecho publicó por la familia del jugador, que por aquel entonces tenía 17 años. El entorno del futbolista respondía así a las acusaciones del director del fútbol base azulgrana en ese momento, Josep Colomer, y del vicepresidente deportivo, Sandro Rosell, que aseguraron que Piqué se había ido «por motivos económicos traicionando al Barcelona».

Veto a Cesc

Ahora, sin Colomer ni Rosell pero con Laporta y Begiristain todavía en el club, el Barça abonará al United cinco millones de euros por Piqué, que firmó un contrato hasta 2012 con una cláusula de 50 millones. Por cierto, Cesc, un caso similar pues se marchó justo cuando la directiva de Laporta accedía al poder el verano de 2003, tiene vetado su regreso, según admitió el propio Begiristain. El fichaje de Piqué coincidió con el anuncio de los promotores del voto de censura contra Laporta que ya han superado el límite de avales necesarios. La cara más visible de la iniciativa, Oriol Giralt, aseguró este martes que los apoyos recogidos superaban «de forma amplia» las 6.000 firmas.